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jueves, 20 de diciembre de 2012

A LOS QUE ME LEEN EN ESTAS FECHAS... Y A LOS QUE NO.


Lo cierto es que desde Osiris, Auramazda y Pachamama hasta Jehová, han aparecido y desaparecido muchos dioses y muchas creencias, se han derrocado imperios  nacido naciones y sueños. Ha habido guerras y besos, el mundo ha girado y  cambiado muchas veces. Pero perdura ese deseo de las personas de desearse bondades los unos a los otros, el deseo de felicidad y flores.

Ahora que esos dos viejos amigos que son Dios y el Diablo celebran el cumpleaños de uno de ellos, me gustaría desearos que no nos lavemos las manos ante la injusticia. Que sonriamos a todos los niños que nacen rodeados de bueyes y mulas. Que siga el tiempo pasando y que pase mejor. Que no nos vendan, ni vender nuestra dignidad por treinta monedas por mucho que brille su plata.

Deseo, ya veis, que os abracen ahora que hace frío  que suspiren vuestro nombre, que soplen vuestras heridas, que compartáis el cava y las doce uvas, mientras brindáis por los que marcharon queriéndoos y sintiéndose queridos. Que la luz más brillante sea la que se refleja tintineante en los ojos de la persona amada. Que pase este invierno de crisis y recortes y que en primavera florezcan jazmines a vuestro paso.

Que os encontréis en algún rincón de la ciudad, o tras un árbol, en el metro, o en la cola del pan a esa persona que amasteis hace tanto, tanto tiempo, esa persona que se marchó dejando tiritando en el corazón un beso por dar. Una duda. “Un ojalá hubiera ido bien” que os miréis a los ojos y reconozcáis lo bueno vivido. Que brindéis con el/ella por ese buen pasado, olvidando lo áspero del ayer, que paséis un buen rato rememorando esa agua que hace años que no mueve molino. Que os despidáis con una sonrisa en los labios y una alegría en el corazón. Con un Felices Fiestas.

Que  bajo vuestros pies crezcan flores de color malva, que se llenen vuestras manos de pan, vuestra boca de agua fresca y vino, vuestros labios de besos, vuestros dedos del cabello del ser amado,  vuestra espalda de caricias de esas que estremecen tras las costillas. Que se escuche vuestra voz. Que el alma se llene de esperanza y el corazón de sueños. Que se nos olviden los agravios y nazca en vuestras manos el futuro tejido en vuestros dedos.

Que el viento frío del invierno traiga escondido tras sus remolinos el amor que se necesita, el bálsamo para los sueños. Que se lleve  arrastrado por las piedras el miedo. Que Nochebuena sean todas las noches. Que el milagro del pan y los peces suceda cada día ante vuestros ojos. Que no os den a beber vinagre cuando tengáis sed, ni se jueguen a los dados vuestras ropas. Que podamos cambiar las leyes de Dios.

Que dejen  los magos de oriente en vuestro regazo, tras beberse el vino de septiembre, buenos deseos. Una caricia. Un abrazo. La risa más amplia de vuestra ciudad. Un futuro brillante. Un camino por andar y calzado para hacerlo. Una hogaza de pan de centeno. Una cerveza fría. Un juego para vuestros hijos. Un soplo en las heridas. Que se lleven a otro lugar, y allí lo dejen olvidado, el desconsuelo,  la tristeza, los recortes y la sinrazón. Que se lleven un par de números y  dejen un par de poesías.

Os deseo, amigos, al fin y al cabo. Toda la Felicidad que merecéis. Toda la Felicidad que merecemos.

viernes, 14 de diciembre de 2012

DONDE NACIO DIOS


Ahora mismo no llueven estrellas en los alrededores de Jerusalén, ni en la vieja Palestina, no, que va, del cielo sólo caen bombas, pedazos de hierro y muerte, desolación y falta de futuro para niños que respiran angustia y desconsuelo en los descampados de Jorat al Sham’a. Ya ves, desamparo en el lugar donde nació el niño Dios para unos niños que aún no conocen Dios ni maldad.

No caen ahora mismo, sobre Palestina, Estrellas que guíen a Magos cargados de regalos y futuro, tan sólo hay en ese, y otros lugares (Calcuta, media Sudamérica, Casi toda África, parte de nuestra vieja Europa, Los campos de refugiados del Sahel…. Tantos, tantos lugares…) tan sólo hay, como decía, horas malditas y torpes colecciones de corazones de niños que han dejado de latir antes de cumplir los 4, 5, 6 u 8 años.
Dios debe de dormir borracho en algún rincón de su aburrido paraíso. Ala, como no bebe, debe de andar de putas o perdido comprobando si alguien come cerdo o come cordero. Fíjate, tantos Dioses y tan perdidos todos. Parece que no ven, no quieren ver como no queremos ver nosotros, miles de pares de ojos de niños y niñas que no ven Disney Channel, ni el zoo, ni a Draculaura,….. ni mi corazón destrozado en miles de pedazos y esparcido en la pagina tres del Diario, que le voy a hacer, me duele el dolor ajeno, me preocupa.

La Paloma de la paz ha destrozado de dolor las  ramas de olivo que llevaba en el pico al ver rodar sobre las mejillas las lagrimas de padres y madres que han visto morir a sus hijos en sus brazos. Impotentes. Amargados. Rotos. Perdidos. Desolados. Tristes. Destrozados por una línea de bandera en un lugar u otro del mapa. Mejillas, que a buen seguro, perderían su calor y su vida por devolvérsela al hijo que se mece en sus brazos. Llora la paloma de la paz, y mis ojos se llenan de lagrimas con las fotos y las letras de la pagina cuatro del diario. Miro a mi pequeña razón con su pelito revuelto, su gorro para el frio y su sonrisa y sólo el pudor, y estar rodeado de gente en este bar tan bonito del café de las mañanas, impide que mis ojos revienten en el llanto que empapa mi corazón. Que bien me iría tu abrazo.

Será que yo, mortal con mil pecados, tengo más respeto por mis adversarios que Jehová y Ala por los suyos.

Lo sé, tal vez, sea una entrada un poco triste para estas fechas. así que acabaré esta entrada con esta canción, que, precisamente, habla sobre el tema que acabo de comentar.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

ME GUSTARÍA

Me gustaría caer sobre ti como cae, en los cortos y buenos inviernos, esa nieve que anuncia años de bienes. Ser quien cuenta las estrellas de tu espalda y acaricia la luna bajo tu ombligo. Ser como ese café que debería de ser lluvia en los campos del Sahel.

Me gustaría perderme en la sombra de filigrana que tus dedos dibujan los agostos en la arena de mi playa, perderme en el filo de tu pantalón, en el dobladillo de tu falda. La violencia tierna e imparable que fluye por tus venas. La pregunta sin respuesta. El latido bajo tu pecho. Esa certeza latente.

Me gustaría ser el soplido del lobo que no derrumba casas ni de paja, ni de madera ni de piedra, el soplido que escuece y cura tus heridas, las de tu piel y las de tu alma. Me gustaría ser las miguitas de pan que dejas para que te muestren el camino de vuelta, el hilo verde que suture tu corazón el día que este reviente y se sienta triste, roto y amargo. El hombro de tus lágrimas, tu soledad compartida, el sudor en tu cama, la promesa siempre por cumplir. El breve espacio en que no estás.

La cálida modorra que te invade las noches sin lunas, cuando la lluvia golpea el cristal de las ventanas y el frio presente te hace tener dulces sueños en los que sueñas conmigo y tus dedos viajan entre tus muslos para recordarte historias vividas y fantasear sobre devaneos por venir.

Ya ves, quisiera ser, la derrota que celebras, la duda que te invade, la certeza que siempre habite en tus manos, un temblor en las mañanas sin café. El te quiero que susurras cuando estás sola y perdida. El lugar al que regresar.

La sabana de negra seda que cubre tu cuerpo, tu pecado y redención, un mordisco en tu culito. El abrazo al amanecer los días sin número ni nombre.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

PATAGONIA



Cuenta una vieja historia, que los primeros colones españoles que llegaron al sur del “nuevo continente” se toparon con los indios, Pehuenches,  Mapuches y Tehuelches. Eran tan superiores en altura (y seguramente en muchas cosas más menos en armamento) que les llamaron Patagones (un gigante de un cuento popular de la época) Así, poco a poco, como suceden estas cosas fue calando el nombre y despacito la zona pasó a llamarse Patagonia.

Ufffffffffffffff, un lugar inmenso de carreteras inacabables, rectas imposibles en esta vieja Europa nuestra. Y un paisaje rodeado de infinitos matices y colores, toda la gama de amarillos, ocres y marrones ante tus ojos. Arbustos, pastizales y arbolitos achaparrados y chiquitos aquí y allá. Kilómetros y kilómetros que el coche iba comiendo como quien come un plato que parece inacabable. De tanto en tanto aparecía, como aparecen los milagros, ante los ojos, ya acostumbrados a tanta distancia, chiquitos santuarios, envueltos en banderas rojas, dedicados a Gauchito Gil. (interesante su historia….) Claro inevitable pararse y mirar, y dado a que gracias a Dios no soy creyente y Gauchito Gil no es parte de la liturgia Católica, ningún daño podía hacer que le pidiese por nuestro camino y porque una luz brillante acompañe de por vida a mi piccolo.

Kilometros y kilómetros de quilimbai, charcaos, colopiche, amarillos choiques y neneos dieron paso al inmenso mar. En esta ocasión un Mar fuerte y generoso. El primer contacto en barco de ese pequeño que hace más de un año robo la parte más importante de este corazón ansioso por latir.

Los dioses de los viejos Mapuche, estaban, sin duda de buen humor movían sus hilos y tejían los movimientos de la naturaleza, y Gaia, simpática ese día se dejaba hacer. Un cielo azul pellizcado de tonos grises acero encumbraba un cielo inquebrantable y lejano. El azul penetrante e intenso del atlántico bajo el barco se reflejaba en los ojos oscuros del Piccolo, (que aún muy pequeño para recordar se extasió y embebió de buenas sensaciones, de “buena onda”).

Unos animales imposibles, casi mitológicos diría yo, se acercaban despacito y suave al barco, como luciendo palmito, como dejándose ver, como si quisieran dejar que se les acariciase. Cada vez que uno de ellos sacaba su inmenso lomo del  mar para expulsar agua y respirar el pequeño lo señalaba con ojos inmensos y un dedito extendido, como si de un experimentado cazador de 19 meses se tratará, y gritaba entusiasmado “balena, balena, balena”….

Pasearon estos maravillosos monstruos con sus crías ante nuestros ojos una y otra vez, bailando con las pequeñas olas, con la espuma y con los sentimientos de estos animales racionales que decimos ser. De tanto en tanto mostraban orgullosas sus colas con las que golpeaban el incontable agua del océano, como si nos dijeran con su golpe y estallido “no sois los señores de este planeta”

miércoles, 17 de octubre de 2012

MENSAJE EN UNA BOTELLA




El otro día leí una noticia en el periódico de esas que te hacen parar un rato y dan un soplo de aliento a este alma cansada del desconsuelo que diariamente habita en la prensa diaria. Era, en definitiva, una de esas noticias que te reconcilian con el ser humano y apacigua los vientos de angustia que parecen imperar en nuestros días.

La prensa informaba que la guardia urbana de Barcelona con carnet de buceo, de modo voluntario y un día al año, bajan a las profundidades del mar en la costa de Barcelona para limpiar toda la porquería que allí vamos dejando de manera estúpida. Una de las cosas que encontraron fue una botella con un mensaje en el interior. Lo primero que pasó por mi mente fue el bello y sugerente poema de mi amigo Rodolfo, aquí os dejo el enlace para que leáis el poema:

Más tarde, y conforme iba leyendo la notica sonreí y una cándida satisfacción, como si fuese un viento del cierzo que zarandea certezas, empezó a nadar entre la sístole y la diástole de mi corazón.

La escribió, según dice guardia urbana de Barcelona tras analizar la letra su trazo y el modo de expresarse, de una nota escrita por una mujer joven, tal vez, una adolescente. Escrita en catalán, el idioma de esta tierra. Decía en la carta el amor que profesaba hacia un chico al que admiraba, pedía que las cosas se arreglaran, que el mundo fuera mejor, más feliz. Supongo que esa candorosa muchacha no leerá estás líneas. Si lo haces enhorabuena, sigue así, el mundo será mejor con gente como tu. Sigue escribiendo cartas, sigue enviando tus deseos al mar y a todos nosotros. (tampoco llenemos el mar de botellas ni de vidrio, pero si de poesía)
Yo, por mi parte, voy a escribir mi particular mensaje y pienso dejarlo dentro de una botella del mejor vino de la Ribera del Duero, si esa que, amigo, me trajiste hace poco de tu tierra. Pienso en ella, en la carta, pedir muchas cosas a los dioses y al destino.

Que llueva café en el Sahel y que tras preñar su, ahora, infértil tierra de frutos de esperanza, de comida y futuro para que los niños que allí hemos dejado olvidados tengan con que llenar su tripa de comida y sus caras de sonrisas. Esperando que más tarde y cuando todos estén satisfechos y sonrientes acudan tres magos con trigo y vid, con juguetes y carcajadas.

Estar dentro de tus sueños, que sueñes conmigo, ser el arañazo que adorna tu espalda, la herida que ennoblece el alma. Tu copa de vino, el motivo de tu risa, el orgasmo que palpita entre tus piernas. El suspiro entretejido en tus manos.

Pediré también, ya ves, que el buen humor impere en tu vida, y el buen olor en tu cocina.
Encontrar algún día las calles oscuras y vacías de serenos, a pesar de que, como siempre, habré extraviado las llaves. Una invitación a la cena con vino de palma en la que los Capuleto y los Montesco harán las paces.
Pondré en esa botella una solicitud de fuerza para nunca echarme a un lado cuando vengan los problemas. Vigor en mis brazos y viento en tu pelo. Aprender a leer tus labios antes de besarlos. Un jarabe de dulce sabor que cure la idiotez. Un libro con faltas de ortografía. Que la luna llena me sorprenda navegando entre tus piernas.

Sin más dilación me voy a escribir mi carta. Si alguien conoce a esa maravillosa persona que dejo su carta en su botella dentro de mi mediterráneo que le de un abrazo de mi parte.


lunes, 8 de octubre de 2012

40


40.
Ahora que las golondrinas marchan al sur, que las aves migratorias regresan a su hogar del otro verano, que recogemos los frutos  que Noto y  Gaia nos dejan en su regazo, que las manos de los temporeros recogen la uva que mañana será nuestro vino. Ahora que llega el Otoño al calendario llegan los 40 años a mi piel y mi zaguán. No está nada mal.

40 años, estupendos (que voy a decir yo) con sus brillos y sus grises. Tal vez sólo un momento en el tiempo, el trascurso entre una gota y otra de la clepsidra. Y es verdad, la muerte sigue habitando en muchos lugares en los que debía de deslumbrar la vida, y sigue sangrando la tierra donde deberían florecer rododendros, palmeras, y limones de primavera. Pero permitidme que me olvide un poco de todo ello y celebrar con vosotros estos 40.

Con 40 ya te he perdido en casi todos los rincones  de este mediterráneo que nos alimenta y muchas madrugadas han sido sin ti. Madurez, dicen, madurez supongo. He perdido trenes y cogido aviones, he estudiado, trabajado, caído y levantado, llenado la mochila de todo lo que se puede llenar,  he jugado a dados con Dios e intentado envidar al Demonio. Ahora sé que hay momentos para decir no. Callarme cuando debe imperar el silencio (bueno esto aún no lo tengo tan asimilado como me gustaría). Ahora  mis brazos están repletos de sueños de ilusión, de esperanzas y de mañana.

Lo cierto es que ha sido, probablemente, mi mejor cumpleaños; De relojes increíbles para engalanar la muñeca de mi brazo izquierdo, de carteras necesarias en el bolsillo derecho, de horas plateadas en el bolsillo atadas con una cadena, como si esta cadena pretendiera amarrar el tiempo. De sorpresas inesperadas e imborrables, como esas suaves caricias en la piel que se dan en penumbra, días antes de cumplirlos. De baúles para hacer kilómetros, de viaje y cenas en mi cercano norte, de pequeños ordenadores redondos de agua para no perder ni oxigeno ni norte bajo el mar, de mucho buen vino para compartir, de cava para enfriar y esperar buenas conversaciones. De  personas que te quieren y han compartido partes importantes de tu vida, algunos desde antes de nacer, otros hace más de veinticinco años, otros más de diez, y otros que aún habiendo llegado hace poco a mi vida comparten risas y abrazos, trabajo y descanso, con sus besos y abrazos, con sus copas levantadas brindando por la vida y sus sonrisas. De pastel de chocolate.  De fotos en Venecia, de mi paz en tus rizos, de mi futuro en la sonrisa de un piccolo guerrero. De un libro hecho a mano y  manuscrito por muchas, ese que llevaba años esperando su destino y que lo encontró en estos recientes 40. Ya ves, nadie sabe donde está su destino, ni los libros que están por escribir. Ni tu, ni yo.

A pesar de que cada vez, parece que todo está menos claro, y que lo que antes era cierto ahora no lo es, quiero que sepáis que seguiré mojándome la barriga, diga lo que diga el refrán. Mojandome sin más.

Y como supongo que cumplir cuarenta requiere su tiempo y he recibido mil y un regalos, diez mil y un abrazos. Yo me voy a regalar una canción que comparto con vosotros.




lunes, 1 de octubre de 2012

jueves, 20 de septiembre de 2012

DE LEYES Y SU IN CUMPLIMIENTO.



Permitidme, amigos, que os cuente un par de historias.

La primera se remonta a mucho, mucho antes de que naciese el abuelo de tu bisabuelo y el  bisabuelo de este. Es la trágica, como no puede ser de otro modo, historia griega de la bella ANTÍGONA.

Antígona, y no me extenderé, era hermana de Eteocles y de Polinices todos ellos hijos del rey de Tebas, cuando murió el padre maldiciendo a sus hijos estos se turnaban en el trono y cada cierto tiempo el poder cambiaba de manos. Un día de negro recuerdo, en el que las golondrinas volaban bajo y los perros huían de las calles  Eteocles decidió quedarse en el poder y no traspasar el trono a su hermano. Gimió el mundo y se retorcieron las estrellas muy cerquita el Olimpo, en el Parnaso cambiaron las plumas con las que escribir poesía por espadas para la guerra. Finalmente y tras batallas épicas, que no son de contar en este relato, ambos hermanos murieron uno a manos del otro. Se hizo la noche. Finalmente Creonte, tío de ambos se hizo con el preciado trono de Tebas y decreto dicto una ley  que  determinó que Polinices, por haber traicionado a su tierra, no sería enterrado y no se aplicarían en su maltrecho cuerpo por la guerra, los ritos funerarios. Condenándolo así a vagar eternamente y privándole del privilegio de la vida eterna.

Antígona, amorosa hermana NO RESPETÓ LA LEY, se saltó una ley que ella consideraba injusta y cruel. Tomó con sus tiernas manos el maldito e inerte cuerpo de su hermano, lo lavo con lavanda y agua fresca de los arroyos, hizo las exequias precisas, puso dos monedas en sus ojos y una dentro de su boca. Incumplió la ley (pero hizo lo justo) y quemo a su hermano.

La historia es mucho más larga y preciosa, pero no es el caso.

La segunda historia  que os quiero contar  es de una mujer que nació, tal vez, más o menos cuando nació tu abuelo, o tal vez el padre de este. Se trata de Rosa Parks. Es la primera mujer negra que se atrevió a INCUMPLIR la ley establecida en Alabama. En 1955 y con 42 años se negó a levantar su, seguro, precioso culito negro del asiento de un autobús para cederlo a un hombre blanco. Su coraje de mujer fuerte, de persona que aún siendo costurera, tenia mucha más dignidad, inteligencia y valor que la mayoría de los militares, reyes y licenciados en mil polladas que rondan el planeta, hizo que se modificara la ley de segregación racial que durante muchísimos años estuvo en vigor y siendo respetada en EE.UU. Incumplió la ley “con dos cojones” que diría un amigo mío. Pero cambio el planeta y las sonrisas de muchas muchas generaciones.

Llegados aquí os preguntareis;  Estas historias incompletas a que vienen? Vienen a que si no queremos que las calles ardan, si nos negamos a  vivir rotos por dentro y por fuera, si no estamos dispuestos a que nuestros hijos vivan peor que nosotros, si nos negamos a que se pierdan los derechos que han costado miles de años debemos de despertar, debemos movernos. Aún a contracorriente, aún cuando parece que nada se puede hacer, y que el sol seguirá alumbrando sólo a unos cuantos.

Parece ser que las manifestaciones y las verdades y mentiras que circulan tan libre como inútilmente por la red son insuficientes. Cada día la tuerquecita da una vuelta. Ahora pagas las medicinas. Ahora pagas más por gasolina. Ahora si quieres estudiar o que lo haga tu hijo es más caro. Ahora te jubilas a los 67 años. Ahora pagas más impuestos. Ahora trabajas más horas. Ahora cobras menos. Ahora te despido cuando quiera y más barato. Ahora quito la paga extra. Ahora. Ahora. Ahora….  Y todo para pagar la deuda de unos cuantos avariciosos que han malversado fondos públicos y privados. Todo, no para acabar con el hambre en el Sahel, con los 12 millones de esclavos que aún hay en el mundo, para educar a aquellos que no tienen futuro ni mañana. Todos esos sacrificios y cambios legislativos para que una minoría siga en asientos de seda y plumas blancas. Lo lógico sería intentar menos ricos y menos pobres. Parece que esto va al revés.
Los días que vendrán no serán fáciles, ni multicolores. Más bien parece venir un otoño gris en el que no dormiré a tu lado. En el que el corazón se encoja sobre su diástole y tenga ganas de que el mundo se detenga y bajarse.

Tal vez sea el momento de decir no. De ser valientes. De incumplir aquellas normas como incumplió  Antígona, como incumplió Rosa Park, y cambiar el mundo como ellas hicieron. Tal vez esta sea la tarde en la que empezar a rebelarse de verdad y activar esa desobediencia civil que tan bien a funcionado antaño. Tal vez sea el momento, que todos, cada uno desde su rinconcito haga un pequeño cambio, diga NO y haga NO.  Es momento de no sólo quejarse y de rebelarse. Ya hay quien no paga el “canon” de los medicamentos. Bien por ellos. Médicos que a pesar de que les han ordenado no atender a inmigrantes los curan y atienden. Bien por ellos. Creo que se ha acabado el tiempo en que algunos políticos y empresarios que se autodenominan de izquierdas creen que poniéndose una pegatinita negra con una tijera cortada por una franja roja delante de una pancarta es suficiente, no, no lo es. Es momento de que incumplan  en los lugares en los que gobiernan, en las empresas que dirigen, esas leyes leoninas que (y mediante decreto – manda huevos-) nos imponen.

lunes, 10 de septiembre de 2012

UNA NOCHE COMO LAS DE ANTES.



En unos días cumpliré cuarenta años. (ahí es nada) y consecuentemente muchos de  mis amigos los acaban de cumplir o están a punto de hacerlo. Ya sabéis, es una fecha sugerente , y, claro está; fiestas sorpresas, celebraciones de uno y otro.

Hace muy pocos días estuve en una de esas fiestas, y no pude menos que hacerme algunas reflexiones. Es posible que con 40 nos encontremos a nosotros mismos esperando un “noséque”, tal vez aquellos anhelos incumplidos que tuvimos subidos a las almenas de la niñez, aquellas en las que nos rompimos huesos y forjamos el carácter y la risa, o los que tuvimos en los bares de la  adolescencia en los que nos enamoramos eternamente. Pero muchos sueños no se han cumplido e incluso algunos sabemos que jamás se van a cumplir. Pasa el tiempo y los minutos que van depositándose en ese extraño lugar que llamamos pasado no ayudan a cumplir los deseos que dejamos esperando “a otro día” para cumplirlos.

Ves a saber, amigo, ves a saber, lo cierto es que los años pasan y las horas vuelan. Tal vez estemos a la mitad del camino, con muchas veredas andadas y muchas por andar. El sol ya hace años que quema en la piel y ha dejado bronce y arrugas, éxitos y risas. La luna ha crecido y decrecido muchas veces en su eterna lucha contra la oscuridad iluminando fracasos y borracheras. Quizás tengamos todo el futuro por delante o todo el pasado…. Yo que sé.

Volviendo a la fiesta; nos encontramos viejos amigos de la infancia, hombres y mujeres que son parte de tu vida desde hace más de treinta años. Tampoco son pocos. Toda una vida, en la que hay cabida para encuentros y desencuentros, risas compartidas y lagrimas robadas, frustraciones y reyertas, aciertos y disputas. Hombros   que se han tenido cerca y abrazos que en ocasiones has echado de menos y a veces de más. Son muchos años y estos, los años, han ido dejando en la mochila de cada uno de nosotros divorcios e hijos, éxitos y fracasos empresas frustradas y proyectos conseguidos dinero malgastado, hipotecas, dificultades, victorias que bailan con las decepciones. Caídas que han logrado triunfos. En fin que ya ninguno de nosotros es el niño que era, pero sin embargo somos los hombres que somos, entre otras cosas, gracias a todo lo compartido años atrás.

Pronto nada de esto tuvo importancia y tan sólo éramos un puñado de amigos celebrando el cuarenta aniversario de uno de nosotros, festejando la bendita excusa para volver a vernos. Con un vino mejor que el de antes, con una buena cena y una buena conversación. Recuerdos, añoranzas, nuevos secretos y confesiones en silencio y lagrimas de sal agazapadas y escondidas tras los ojos para que nadie pudiera ver que la emoción estaba a punto de resbalar por nuestras mejillas.

Continúo la noche y las copas. Incluso el tequila que antes era para las dudas ahora quemó nuestras gargantas entre risas y abrazos. Cuando thunderstruck  de AC/DC sonó, coincidiendo con un reparador chaparrón de verano y el resto del bar dio por perdida cualquier posibilidad de permanecer allí en paz, fuimos los amigos de siempre, los hermanos que jamás dejamos de ser.

Habitamos ese lugar de antes, en el que el futuro era urgente pero lejano, cuando el mañana era un libro en blanco que escribir a mano lleno de promesas y sueños por cumplir. Ese lugar en el que todo estaba por hacer y el mañana no era más que un eterno ahora a la espera del futuro. Un futuro que ya está aquí.

No todo se ha cumplido y este presente que hace bien poco era un futuro incierto no ha satisfecho todas las utopías personales y globales que  pretendíamos. Nunca seremos los de antes, pero somos los de ahora y eso no está nada mal.

jueves, 23 de agosto de 2012

MENOS MAL QUE ESTÁS AQUÍ.



Menos mal que estás por aquí con tu risa y juegos, porque fuera hace muchísimo calor, parece arder el asfalto, derretirse las ideas y las esperanzas. No se puede andar descalzo y el mundo se incendia de desesperanza y sueños incumplidos. Y me temo que pronto vendrá un frio atroz, un ensordecedor ruido de hielo que recorrerá los pasillos e impedirá oír las melodías de la vida tiempo atrás soñada, tiempo atrás conseguida con esfuerzo y lucha. Ya ves, se retrocede en los derechos ganados por padres y abuelos que sabían dónde estaba el norte y que priorizaron condiciones laborales y de vida a un A-3 de segunda mano.

Menos mal que estás aquí con el olor de tu ropa blanca y limpia, por que salgo a la calle, miro la tele, leo la prensa (maldita costumbre!! cuando la dejaré olvidada) y parece que tan sólo se ve tristeza, muertes en Siria (ya sabes, las mismas muertes que ayer habían en irak, antesdeayer en Bosnia, y poco antes en Vietnam). Menos mal que estás aquí, porque no entiendo de rescates bancarios por más que me lo intenten explicar. Quién rescatará a mi vecina o al carpintero que se arruinó porque no le pagaron su última gran obra? Fíjate incluso anda por ahí un trasnochado, vestido de demagogia y bandolero, asaltando supermercados y repartiendo pan y sal entre quien nada tiene y parece ser merecedor de los clavos de la cruz mientras los mismos que tan fuertemente le condenan son condescendientes con los que han robado miles de millones de los pequeños ahorradores.

Menos mal que estás aquí con tu pelo revuelto al viento, porque no siempre es fácil seguir y reír en estas calles ocupadas de charcos secos y adolescentes llenos de tatuajes vacios de futuro y certezas. Ciudades carentes de ancianos que miren obras porque no hay obras que mirar. Menos mal que iluminas las noches oscuras sin luna, y dejas caer semillas de buen destino por donde pisamos para hacer más fácil combatir las penas. Para pintar el aire y el cielo.

Menos mal que estás aquí con tus ojos negros mirando mis manos, porque abrazado a tu sonrisa es mucho más fácil habitar dentro de este huracán imparable e impasible que son los años y la vida llena de cicatrices que estos van tejiendo alrededor de espaldas cansadas. Menos mal que estás aquí, porque así es más sencillo ver los dragones que esconden las nubes de este Mediterráneo azul que llena de magia las horas.



lunes, 20 de agosto de 2012

HAIKU

Tengo un norte
hace tiempo  perdido
al sur de tu ombligo

jueves, 9 de agosto de 2012

CHAVELA




El diablo recibió a uno de sus lugartenientes.  Ese viejo demonio al que amputaron el rabo hacia cientos de años. Su lugarteniente le leyó el orden del día; las torturas afligidas, las almas devoradas en el cuarto circulo y las pesados monedas de mas que ponían en los sacos que estas avaras almas llevaban como impenitente penitencia. En fin, al fin y al cabo, de las monotonías diarias de un infierno. El diablo se afilaba las uñas contra el peño mientras, aburrido, agotaba una copa de Merlot. Sin embargo cuando el diablo tullido acababa su soliloquio el Demonio sonrió.

Belcebú le dio una patada al viejo diablo lisiado y le dijo: - Acaba de morir una mujer, borracha, bebe mucho y el Tequila fue durante años su mejor amigo, mira el culo a otras mujeres, ( tal vez la deje pudrirse en el segundo circulo, el de los lujuriosos, pensó Satán-) iba armada con un revolver bajo su poncho rojo y es pendenciera. ( o, tal vez, en el séptimo con los violentos, volvió a pensar) Ahhhhhhh, se regodeaba Satan, que bien carne fresca en este aburrido infierno.

Pasaron las horas y el Diablo enfurecía, esperaba a la buena de Chavela Vargas y escuchar sus canciones en su silla de cadáveres. Chávela no llegaba. Esta vieja borracha se habrá perdido por el Estigio. Ves a saber. Decía el diablo. Mientras tanto, un tal Franco, junto a un tal Pinochet, y un tal Hitler, transformados hacia tiempo en asesores de Satán le dijeron que tal vez la vieja Chavela no fuera buena compañía en esos lugares. Que ellos, al menos, no la querían ver por ahí.

A media noche el Diablo, entró en cólera ( y creedme amigos, la cólera del Demonio es mortal) se enteró, gracias a sus espías, que la buena de Chavela había acudido rauda, tras dejar su México lindo y querido, justo al otro lado del espejo del infierno. La llevo en “auto” Doña Maria Calvo Nodarso “Macorina”.

Le dijo su espía, que mientras acudían al cielo, en el mágico auto de Macorina, esta le puso ahí la mano. Que ambas sonreían y reían a carcajadas mientras el auto atravesaba las nubes.

Le dijo su espía, que el hermano de Satán sonrió feliz al ver llegar tras 93 años a Chavela Vargas, que la recibió un coro de mariachis con un buen Tequilla ( de nuevo podía volver a beber).

Le dijo su espía, que 13 jóvenes rosas que habían muerto el mismo día que Chavela y 75 años antes fusiladas por uno de sus tres últimos asesores, le recibieron con abrazos y con ponchos rojos tejidos con manos celestiales. Cantaron todas juntas piensa en mi.

Le dijo, finalmente su espía,  que le esperaban con muchísimas canciones nuevas escritas por José Alfredo. Que se fue al rio con su llorona,  que en el atormentada alma de Chavela ya no había frio porque le tapó  con su rebozo.

Aquí, en la tierra, compartimos unas copas de Tequila por Chavela, brindamos a su salud, porque el amor no duela, por no olvidarla, porque la vida nos llene de suerte. Por su ausencia, que nos matará un poquito.

Allá en el cielo un coro de Mariachis sonreía.

Allá en el infierno, Satán, seguía de mal humor bebiéndose su amargo Merlot, y se puso un disco de un tal Julio Iglesias, él –el maligno quiero decir- no sabía si ese tal Iglesias acudiría a su casa, lo que sabía es que su música le gustaba. Y lo cierto es que la  música de Chavela Jamás gustó al demonio.

martes, 24 de julio de 2012

CANCIÓN, ESCRITO POR ENCARGO.



Hace más de tres lustros que conozco a una chica que canta como los ángeles. Haciendo honor a la verdad; muchos ángeles enajenarían sus alas, venderían uno de sus ojos azules y se raparían al cero sus bucles dorados, aquellos que normalmente dejan al albur del viento, para cantar como ella. Borda el Ave María de Franz Schubert, como quien hilvana hilo negro para coser tu tanguita y que nadie descubra la juerga que acabó al amanecer, o como las viejas parcas que hilvanan hilo dorado para remendar tu corazón destrozado por los cepos que el amor va dejando en el camino, a tu costado. Como os decía, canta maravillosamente bien. Me hizo un regalo; me pidió que le escribiera una canción, confió en mi sensibilidad (por otro lado, claro está, discutible) confió en mis letras mis palabras.
Así que me puse manos a la obra, y esto que os presento es sólo el borrador. Ella, tras leerlo, lo adapto a las notas, la música, los acordes, a su estilo. Vamos esas cosas que yo no tengo ni idea.
Espero que guste el resultado, el poema. Prometo, cuando este musicalizado y cantado ponerlo para que todos lo disfrutéis.

Perdido y solo sin sonrisa ni paz
andaba buscando la aguja del pajar
la canción que no encontraba
mi vino y mi pan

de pronto allí estabas
guapa y frágil como flor sin su tallo
con tus ojos grandes y tristes
con tu sonrisa de luna llena
bastó un instante para prenderme

supe que escucharías mis latidos
yo contaría las estrellas de tu espalda,
olvidaría el olvido,
encontraría  caminos despejados
la hoguera que alumbra  abrazos

te enseñe mis heridas, mi sístole mal remendada
me mostraste tus zarpazos, el frio en tus manos
compartimos vino,  y tatuajes
el temblor de la primera caricia robada
un inacabable segundo en el primer beso
la lengua en tu boca empapada

Perdido y solo sin sonrisa ni paz
andaba buscando la aguja del pajar
la canción que no encontraba
mi vino y mi pan

visitamos la tarde naranja
abrimos la ventana, saltamos al mañana
perdí en tu regazo mi vergüenza
perdiste tu tanga en mi almohada
me abandoné en tu ombligo
te encontré en mi pecho

Dormimos juntos en el suelo
salvamos las dudas con besos.
Tejimos  el porvenir con  tu pelo
al alba nos abrigamos con mis manos
diluimos en espuma la amargura
plantamos semillas sin tierra.

El hilo color café de tu mirada,
zurció  los rotos de mi corazón.
el llanto en madrugada
lo arregló mi carcajada
fuimos uno, reímos por mil
burlamos la desgana y la sinrazón

Contigo con risas y paz
encontré la aguja del pajar
la canción que buscaba
mi vino y tu pan



miércoles, 18 de julio de 2012

HAIKU

Mis dedos
 en tu espalda,
 danza primigenia

lunes, 9 de julio de 2012

EL TE QUIERO QUE AÚN NO TE HE DICHO.



En ocasiones se sueña con un te quiero, como el que sueña melodías que no es capaz de reflejar en una partitura.

Fíjate, las mejores palabras no se dicen nunca. Quedan pendidas en el aire o agazapadas en el hueco de tus manos como aquel agua recogida para beber en el curso de algún rio del norte.

Mejor que sepas que hay palabras que quedan siempre esperando como el que espera en el silencio en la noche un rayo de luz. Tal vez esperen porque no hace falta decirlas, será que el amor se mece en el columpio de silencio que habita entre mis ojos y tu sonrisa de niña alegre y despreocupada. Será que el futuro siempre es mañana.

Hay palabras que no hay que decirlas, o que aún dicha, suenan mucho mejor cuando es el silencio el que las aúlla con esa suavidad que dejan los besos en las mejillas. Al escribir esto me pregunto, ya ves, si ahora estás pensando en mi. Si de vez en cuando te persigue mi aroma y mi recuerdo, si aún conservas, en tu piel, mi olor antes de hacerte el primer café de la mañana. Si echas de menos mis caricias y mis manos bailando en tus dedos, mi sabor en el cielo del paladar de tu boca.

Hay palabras que no es preciso decirlas, porque se dicen con el recuerdo de mis dedos bailando en tu espalda y el escalofrió que dejo mi última caricia. Palabras que se escuchan sólo si aún te pones nerviosa si miro furtivo tu escote cuando te descuidas al dejar tu comida en mi plato.

El mundo tiembla sobre sus precarios cimientos y yo me pregunto si tu fría oficina de números y cálculos, para mi imposibles, está impregnada del calor de mis ojos, del recuerdo de mis manos amarrando tus tobillos, de mi lengua recorriendo tu cuello, de ese te quiero que se dice en silencio y que yo callándome tantas veces te digo.

Ya ves, hoy estaré egocéntrico ( ya sabes es uno de mis muchos defectos) pero invade mi pecho la esperanza de que un ligero temblor se pose en tus manos cuando tus tacones resuenen al buscar ese segundo café de la mañana y desees tomarlo conmigo, imaginar que lo compartimos, así, sin más, sin compañeros de trabajo, sólo vos y yo y esas conversaciones que son sólo tuyas y mías esas que esconden varios te quiero en cada frase.

Fíjate, pequeña, que ahora mismo una ligera brisa enfría mis mejillas y me da por pensar que, tal vez, sea el mismo vientecillo que se está enredando ahora mismo en tu pelo.

Pronto nos veremos, como siempre, pero hasta que esos momentos pasen me gusta pensar que algo de mi revolotea en tu cabeza, anida en tu pecho y te impide concentrarte en las rutinas diarias

martes, 3 de julio de 2012

NINIS


Quiero hablar de mi amigo Joan y de su proyecto TACC es, junto a sus socios y colaboradores, un joven nini. Ni vago ni conformista.

Ando un poco cansado de ese término acuñado, ves a saber cuándo, y es verdad que tenemos muchos jóvenes que ni estudian ni trabajan. Ni van a hacerlo nunca. Pero también hay mucha gente con cuarenta, con cincuenta con sesenta… que jamás han dado palo al agua, ni han realizado más esfuerzo en su vida que para bajar al bar a ejecutar su eterna sordina de blablablabla para nada hacer más que criticar todo lo que hay a su alrededor.

Sin embargo hay una enorme cantidad de gente joven no sólo preparadísima, sino también muy interesante. Con mil ideas ronroneando en su pecho deseando hacerse realidad y con la fuerza recorriendo sus venas y sus brazos para hacer verdad ese sueño.

Uno de estos  sueños es TACC http://www.taccbcn.com/ (aquí dejo el enlace para que lo visitéis y veáis con las  palabras de los creadores lo que yo torpemente explicaré) Es una asociación, (por cierto y por lo que me contó Joan, entre otras cosas, jurídicamente muy bien organizada) que pretende, y sin duda conseguirá, ser plataforma de difusión del arte, la cultura, la creación… apoyando y ayudando a los artistas noveles de cualquier disciplina a crear y dar a conocer su obra (espero Joan haber definido bien vuestro proyecto)

Pero esto no es el caso. Ellos, visitad su web, lo definirán y explicaran mejor que yo.

El asunto son los ninis, esos jóvenes que ni son vagos ni se conforman. No son vagos porque encuentran en sus apretadas agendas de  preparación,  estudios y de trabajo un hueco para sus ilusiones y sus proyectos, y oye, se remangan y se ponen manos a la obra como un arquitecto que comienza a dibujar los planos de un maravilloso puente. Y no son conformistas porque quieren cambiar, a mejor, las cosas, la vida, el mundo que ven gris a su alrededor. Quieren cambiarlo a mejor para ellos, y para mi hijo (que por edad podría ser el suyo) y quieren cambiarlo también por ti y por mi (que tengo casi edad de ser su padre).

Lo transfomaran sin duda. En esta época convulsa de cambios, a priori, a algo peor,  ellos están sembrando la semilla con la que el futuro será multicolor y algo más amable para todos. Conseguirán cambiarlo como mejor saben. Con arte, con dibujos, con pinturas, con música, con letras, con poesía. Al cap i a la fi, con ese poema de sensual benevolencia y bondad que habita en muchísimos de nuestros corazones.

De la presentación al mundo del recién nacido TACC, que decir,  excelente. El maestro de ceremonias un joven artista, los críos que daban volteretas en el aire a ritmo de rap unas estrellas que pronto brillaran en otros lugares. La colaboración de Rodolfo, una persona con la que he coincidido muchas menos veces de las que me gustaría pero que ya se está transformando en un amigo imprescindible, fue un dispendio de generosas palabras y poesía.

Por cierto Joan, además de ser un nini, es un joven poeta. Podéis leer su poesía aquí: http://tallerdesomnis.blogspot.com.es/

martes, 26 de junio de 2012

EL PRECIO DE LAS COSAS.


Esta Maldita crisis, fíjate, está cambiando el mundo. O tal vez, debería decir que está cambiando nuestro mundo Europeooccidentalblancobienpensanteycaucasino. En el Sahel se siguen muriendo de hambre como hace cinco años y como hace diez, en Mexico siguen mojándose la espalda y jugándose la vida por cruzar el rio grande. Sudamerica sigue en la crisis que para ellos se inicio en el S. XVII, China y media Asia no ve más que arroz y trabajo en el horizonte. Africa es como, siempre fue, un lugar del que enamorarse en el que ir a vivir, y tal vez morir, pero sigue sin futuro, sin comida ni agua ni pan. Como decía, esta maldita crisis esta cambiando el modo de vivir, nuestros corazones y como no el precio de las cosas.

Baja el precio de la vivienda (y aún así hay miles de casas siguen vacías y miles de personas que no tienen donde dormir ni donde pacer) Baja el precio de las acciones (aunque la mayoría de los mortales jamás hayan invertido en nada más que su vida). Hasta los menús, en zonas de curritos y alrededores de oficinas bajan de precio.

Sin embargo, ya ves, yo sigo pensando que hay cosas que siguen sin precio, que ninguna agencia de riesgo podrá obligar a que deje de cotizar una mirada. Sigo sin saber que precio tiene un ratito a tu vera, cuanto y donde cotiza un ese segundo eterno en el que se queda congelado en el aire entre un ; “¿te he dicho alguna vez que te quiero?” y la respuesta de tus ojos en los míos.

Busco en los mercados bursátiles el valor, el precio, de esa satisfacción inconmensurable, impagable, que inunda todos y cada uno de los rincones de mi alma, si, si incluso esos a los que tú no llegas, cuando mi piccolo hecha una siesta conmigo y acomoda su cabecita en los recovecos de mi pecho, acomoda su respiración al baiben de la mía mientras sus ojos, despacito, como los de un cachorro de león somnoliento van cerrándose. La cantidad a pagar cuando noto como su preciosa boquita escupe el chupete para esbozar un “paaaaaaaapa” justo antes de dormir acurrucado en mis brazos. El viento que pasa por la ventana se queda congelado en el aire bailando con las notas musicales con la dulce voz de Mary Black entonando Babes in the Wood. No sé, aún, a cuanto cotiza ese preciso instante en que morfeo habita tu pechito y el oxigeno que nos rodea se transforma en miel y deseos.


No sé, llamarme ingenuo, el precio de un beso, de un abrazo, de un hombro amigo, de la cerveza de las derrotas, del cava del éxito, del polvo del camino compartido, del barco de madera que me hizo mi padre, del dolor de la vereda, del éxito de los caminos, del vino con el que compartimos sueños, deseos, esperanzas y certezas.


Aqueronte cobraba una moneda al traspasar con su barca el Estigio. Pero nadie puso precio al canto de las sirenas, al fuego de Prometeo, al extraño paso de agua que es la vida entre Escila y Caribdis. No he encontrado tampoco, en ningún libro de económicas el precio de la afilada hoja de cobre con la que cortar los nudos gordianos que día a día hallamos a nuestro paso.

Es curioso como cada día valen menos las acciones y tienen más valor tus besos, tus caricias y el pan partido y compartido. El recuerdo y el deseo.

Fíjate, somos capaces de poner precio a un pingus del 97 o del 2006. Y sin embargo una copa de cualquier tinto compartido contigo y tu sonrisa enredada en tu pelo carece de precio y de valor.

Sube la prima de riesgo y bajan negocios y sueldos. Parece escaso el pan y el vino, la luz y la sal. La factura del agua aprieta los bolsillos. Cuesta olvidar, tirar “palante”.

Sin embargo, llámame soñador o piensa que soy un candoroso necio, sigo prefiriendo tus manos acariciando las mías. Sigo valorando más la sonrisa de mi pequeño cada vez que tira el chupete como quien tira facturas que no piensa pagar y desprecia sinsabores.

Y la verdad, hasta que no encuentre el verdadero precio de, entre otras cosas, el brillo de felicidad que recorre esos enormes ojos casi negros cada vez que jugamos juntos, esa sonrisa de felicidad... seguiré pensando que no todo está tan mal. Seguiré pensando que la esperanza no tiene precio y no cotiza en más lugar que en nuestros corazones.

lunes, 18 de junio de 2012

VERANO Y PROHIBICIONES.



He vivido toda mi vida cerquita del mar, caminando en su orilla, mojándome mis pies descalzos con el agüita del mediterráneo.

El otro día fui con  la mejor compañía posible a disfrutar de un arrocito y un buen vino blanco y helado a la playa que me ha visto crecer, que me ha visto ganar, amar, perder, llorar… que me ha visto,a l fin y al cabo, vivir. Y ya ves, ahora    que los días se visten de calor y sombras alargadas, que Ra está más alto y radiante en el cielo. Ahora que celebramos el solsticio de verano, que quemamos, en el fuego primigenio que nos trajo Prometeo, lo viejo dejando que las llamas y sus espurnas se lleven muy lejos lo malo del año pasado y pedimos a las estrellas bondades para el porvenir. Ahora que deberían de ser momentos de libertad superlativa, pude ver una noticia, un cartel que me heló la sangre.

Prohibían, bajo multa de 750€ hacer hogueras en la playa la noche de San Juan. (no sé muy bien por donde ronda el salario mínimo interprofesional, pero creo que por debajo de esta cifra snif snif)

Estupefacto y atónito, asombrado, desconcertado. Vamos a ver!, de qué tienen miedo? de que se queme el agua del mar? Ahí fuera son momentos difíciles y duros para todos (menos para Urdangarin, la Banca, Millet y un puñadito de desalmados) pero en general, son tiempos difíciles y duros. Todos necesitamos evadirnos un ratito. Soñar con un presente mejor. Abrazarnos al calor de una hoguera en noche estrellada de verano, mientras miramos como refulgen sus llamas deseando que esa luz ilumine el mundo, lo inunde de la cordura que falta, que las briznas de deseo que se esparcen en el aire se transformen en certezas de felicidad al amanecer del nuevo día.

Claro que no pasará, claro que el mundo seguirá triste y gris al amanecer, pero porqué prohibir algo tan sencillo?, atávico me atrevería a decir, como unas hogueras en San Juan. Mientras escucho que Esperanza Aguirre quiere permitir abrir los comercios las 24 horas del día y los 365 días del año.  Evidentemente a comprar se puede ir, pero reunirnos al amor de una hoguera como se ha hecho desde tiempos inmemoriales no. Eso no se puede hacer.

Y puestos a prohibir, sugiero que prohíban que me mires a los ojos, vaya a ser que un escalofrió recorra mi espalda, erice mi vello y me haga sentir vivo. Propongo prohibir que los niños jueguen a la pelota y sueñen con princesas, que las niñas dejen de soñar con tener el pelo más largo y que lleven patines por los paseos. 
Que prohíban la risa y la algarabía, cantar mientras te duchas, acariciar tu pelo.

Parece que el mundo cada día está más loco, y no sólo en lo económico. Al menos, en ocasiones, recibimos noticias esperanzadoras hoy escuchaba que Bruce Springsteen dedicaba la canción “the River” a un pobre chico madrileño que murió de cáncer a los 20 años dejando la vida, y el deseo en su enfermo pecho de ver a “el boss”. Ya ves, las personas más grandes siempre demuestran que lo son en los detalles más pequeños.

Por lo que estudie y por aquello a lo que me dedico comprendo y entiendo perfectamente que las normas son necesarias y precisas. Pero deberían de ser tan sólo para facilitarnos las vidas para vivir mejor. No para poner un velo de oscuridad y tristeza en todos y en todo. Estamos en un lugar sinsentido en el que se hacen normas/leyes que aprueban las exenciones fiscales y “”amparan”” a aquellos que han defraudado, robado y acumulado mucho dinero “negro” y otras normas que prohíben hacer hogueras en la playa. No sé a vosotros, pero el desconcierto, el desconsuelo cada vez me parece mayor.

miércoles, 6 de junio de 2012

NUNCA ME GUSTO LA ECONOMIA.

Es verdad, la economía está fatal, y nadie tiene dinero para nada (aunque hoy escuchaba en la radio, que se están vendiendo más cajas fuerte que nunca) los bancos parece que están por la labor de esquilmar nuestros paupérrimos ahorros con tal de ellos no caer ni un peldaño de sus escalera de ignominia, corbatas caras y contratos demoniacos.

Pero tú sigues bella y radiante. El verano ha venido desde el parnaso a iluminar tu sonrisa y teñir de moreno tus piernas y aclarar tu pelo. Y sabes? No sé muy bien cuánto vale un café en el piso dieciocho del lugar donde estén las oficinas de Bankia, pero sé que una cerveza fresca, o un buen vinito tomado en tu regazo mientras arrullo tu melena y me enredo entre tus dedos no tiene precio.

Los ahorros del mundo, de Europa más bien, parecen encerrados en el interior de una manzana envenenada, que ya, todos hemos mordido gustosamente hiriéndonos el paladar, los bolsillos y el alma. Es verdad, eso es verdad.

Pero también es cierto que hay cosas que no se acaban nunca, como el fondo del ánfora de pandora, nunca se acaba, del mismo modo que jamás se acabará la esperanza y el deseo de la buena gente de que las cosas funcionen mejor, funcionen diferente. Que el mundo cambie y no a golpe de talonario. Hoy, Ahora está naciendo un niño que no trae en su corazón avaricia.

La prima de riesgo se dispara como un fusil en manos de un socio de la sociedad del rifle borracho y engañado y yo sigo muy bien sin saber quién es esta señora. Cada vez son más los ladrones que se van impunes, no sólo sin pagar por lo robado, sino también sin dar respuestas ni devolver nuestro dinero. Es verdad. Eso es así.

Pero también somos cada vez más los ofendidos, cada vez hay más voces que en diferentes tonos, denuncian lo que sucede en nuestros congresos y pasillos. Y creo que no vamos a callarnos la boca, creo que seguiremos gritando.

Es verdad, los preferentes no pueden justificarse ni con la retahíla de farsas y embustes que nos brindan con mal licor aquellos que engañaron y robaron los ahorros de tantos, sobretodo de aquellos a los que tantísimos años y trabajo les costó acuñarlos, a aquellos que ni tan sólo entendian lo que firmaban (ya ves si fiaban de "su director de siempre", clar es la caixa, es la nostra)

Pero también es verdad que un rosario de alegrías danzan a mi alrededor cada vez que tú sonríes, cada vez que compartimos copas y besos, caricias y abrazos. Es verdad, las cosas parecen no ir bien, pero el cielo se viste de naranja y las cigüeñas vuelven al campanario en el que nunca estuvo Dios y siempre estuvo la creencia, que baña nuestros corazones, de que la vida es para estar feliz, para vivirla feliz y que ningún tipo de prima de riesgo o de producto financiero toxico es más fuerte que ese ansia de vida.

Es verdad, cae la bolsa. Constantemente se desploma el Ibex, el Down jones y la madre que los pario a todos. Es verdad todo el mundo parece preocupadísimo por la pérdida de uno o dos puntos de estos índices bursátiles y nadie se ocupa lo más mínimo de todos aquellos que no llegan a final de mes, de todos aquellos que tienen la nevera medio vacía y el vaso vacio del todo. A estos nadie los rescatará.


Es verdad, pero también lo es que el futuro no espera y está a la vuelta de la esquina, y sabes? Creo que trae vientos de cambio, creo que ese futuro próximo tiene la intención de que brillen con muchísimo más brillo las estrellas de los vencidos. Nada está escrito. Y tú y yo y otras muchas manos prefieren preocuparse por lo que sucede en el Sahel que de los malditos bonos europeos. Acariciar el pelo de alguien querido. Compartir sonrisas. Dibujar dragones. Soñar contigo.

sábado, 26 de mayo de 2012

BCN

Supongo que nacer entre dos ríos, con las montañas a la espalda y el mar a los pies imprime carácter y una personalidad muy definida.


No sé porque siempre te sentí hembra y mujer. Tan pija, bienpeinada, bienpensante y distante como una orquídea de Pedralbes, tan Gitana y racial como los bailes del antiguo Somorrostro, tan perroflauta y ocupa como las rastas y las litronas de Gracia, tan artista y creativa como los talleres del born, tan pagana y arbitraria como las golondrinas que sobrevuelan tus tejados y juegan con las palomas de plaça Catalunya, tan religiosa y beata como la catedral del mar. Tan puta como algunos tangas malcubiertos de las ramblas, tan señora como las voces femeninas del liceo. Ya ves, siempre fuiste ordenada como las cuadriculas del Eixample, siempre te muestras tan desordenada y anárquica como las olas que acarician tus pies, como la lluvia y la niebla que en ocasiones arrullan el tibidabo.

Triste como los silvidos de las balas entre hermanos de aquella guerra que nadie ganó, pero que, disculpame, tengo la sensación enganchada en la piel que perdieron los buenos. Tan alegre como el sol que alumbra tus amaneceres. Tan maravillosamente divina como para hacer una festividad al amor donde los amantes se regalan rosas y libros, caricias y besos. Fuerte, digna y orgullosa como para celebrar una derrota.

Fíjate, muchas historias intentan explicar tu procedencia, tu nombre. Yo me quedo, ya sabes de mi tendencia a lo épico, con esa vieja Leyenda que cuenta que Hércules tras cazar, por orden de Euristeo, al Jabalí de Erimanto intentó ayudar a los Argonautas a buscar el Vellocino de Oro, y que al pasar junto a estas costas mediterráneas perdieron la novena barca. Naufragó cerca de Montjuic y buscándola, buscando a la Barca Nona, descubrieron un lugar maravilloso, mágico. Tan, tan mágico que Hermes, (mensajero de dioses, dios del comercio y las artes) decidió fundar una ciudad a la que llamo Barcanona.

Ya ves, eres muchas cosas, pero nadie puede negar que eres una ciudad culta, de comercio, ciudad de artistas. (Será la influencia de Hermes) Una ciudad mestiza y revuelta. Flamenco y castellers, rumba y canço catalana. Gazpacho, migas, pa amb tomaquet, mongetes amb butifarra y potajes del sur. Paella de Jueves, Cerveza de Viernes, Vinito de Sábado tarde en buena compañía. Con mil idiomas y dos que parecen discutidos. Puerto mediterráneo de Europa camino a la meseta. Donde desembarcaban los piratas, donde embarcaban los sueños.

Un lugar al que volver, al que volver siempre. Calles en las que perder las estrellas y las horas. Ciudad donde nació mi hijo donde vio su primera luz y su primer beso.

No sé, hace mucho que me pierdo en tus avenidas, que me emborracho en tus bares, que lloró por alguno de tus rincones, que río en tus plazas, que disfruto de tu luz. El lugar ideal para ver la lluvia, las Pléyades y las lágrimas de San Lorenzo.

Ciudad, para echar de menos todos los besos que no me has dado, todos los rincones en los que no me has acariciado, todas las mentiras que hemos servido y que nos hemos tragado. Ramblas en las que quererte y no perderte jamás.

El futuro siempre está esperando en cualquier esquina, en cualquier portal, en cualquier sonrisa, en las derrotas y en los triunfos. El futuro, nos espera, al fin y al cabo, en cualquier lugar. Ves a saber muchos lo encontraran/emos en las calles de Barcelona.

Dice el maestro Sabina que Madrid es una ciudad invivible pero insustituible. Tú vieja señora, eres simplemente insustituible.

lunes, 21 de mayo de 2012

HAIKU

Miente un poco.
Vístete de sonrisa,
di que jamás mentiras.

jueves, 10 de mayo de 2012

PONTE GUAPA.



Ponte guapa para ti, y ponte guapa para mí. Ves a por ese vestido que tan bien te sienta, ese que se ajusta a tu piel y a los luceros que recorren tu espalda y tu pecho, debajo de el cúbrete con ese tanguita negro que va a juego con tus ojos, o mejor no te pongas nada. Cálzate con esos taconazos de mujer fatal, esos para pisar fuerte el frío asfalto y el gris hormigón en el que habitamos a diario.

Ponte guapa para mi, dúchate con agua fría y que las gotas heladas engalanen tus pezones y calienten tus muslos y el sur de tu ombligo. Píntate los ojos de guerra. Ojala esta noche veamos arder las calles y nacer sueños. Ya sabes, es posible que el mundo esté triste y gris que las alondras no quieran volver, y que los búhos ya no se enamoren de ellas. Tal vez duela que salven bancos y aprieten almas, pero lo cierto es que nos sobran motivos para reír y gozar. Hagámoslo.

Vístete de sonrisas y estrellas, que yo te desnudaré de orgasmos y lunas.

Ponte guapa, como si quisieras cortejar a este gato sin dueño en la oscuridad de la noche mediterránea. Ya me encargaré yo de pedir al amanecer que llegue tarde, porque esta noche es nuestra y no tenemos porque embridar pasiones ni pensar en nada más que en aquí y ahora. Hic et nunc que decían por el Lazio.

Ponte guapa, y aceites y aromas en la piel, que aún no es noviembre ni en el calendario ni en nuestras vidas.

La ciudad no parará de dar vueltas ni el azahar de desprender olor en los jardines de Córdoba, ni el tiempo dejará de correr y pasar, ni los amantes de mentir y amar. Pero nada de eso importa esta noche. Vístete para mi como más me gusta, ponte pocas y pequeñas alhajas, tal vez algún zarcillo regalado. Olvidemos lo aprendido y las normas.

Píntate las uñas de algún color oscuro, tal vez morado, quizás después tengan que arañar mi piel y mi pecho, o rasgar las malas cartas que en ocasiones reparten los dioses de la vida. Los labios, los labios da igual el color que pongas, no pueden ser más bonitos, y confieso que los morderé a la menor oportunidad. Pero píntatelos de amanecer.

Ponte algún perfume en el cuello, pronto lo recorrerá mi lengua y mis dedos.

Deja tu pelo suelto al viento, salvaje y libre, bravo y fuerte. No lo ates, ni recojas. No lo amarres con coletas ni recogidos. Que desordene las normas de la brisa que pasa entre las ebras de esa melena de leona. Ya ves, de ser más cursi te diría que lo engalanes con luciérnagas. Pero no le pongas nada. Tan sólo suéltatelo

Ponte guapa, y piel morena. No mires atrás, ni hacia ningún lugar que no sean mis ojos. Intentaré que te pierdas en ellos.

Ya ves. Siempre me gustaste femenina y hembra. Ponte guapa, aunque para hacerlo no es preciso nada de lo anterior, tan sólo sonríe con tu sonrisa de sol de verano. Esa que inunda allá por donde pasas.

lunes, 7 de mayo de 2012

TOCADO Y HUNDIDO. MICRORRELATO

Se entrenaban para estar muertos. No sabían cuanto tiempo hacia que se dedicaban a esa actividad. Recordaban vagamente un crujido sordo y hueco. Se esforzaban en no ver,  no sentir. Hacían esfuerzos por no recordar a sus seres queridos, ni las olas del mar, ni el embriagador sabor del vino. Indolente e imparable sonaba la orquesta  acompasando las ordenes del capitán. Los demás seguían sus indicaciones de entrenamiento; No respiréis. No mováis los dedos. No recordéis. Lo que ninguno recordaba es que hacia cien años que se hundió el barco y hacia cien años que estaban muertos bajo el mar.

miércoles, 25 de abril de 2012

VÁMONOS.



Vámonos a un lugar sin cobertura. Donde no suenen teléfonos ni conciencias.

Vámonos a esa misteriosa Isla en la que, sonriente, habita la infancia donde todo está por hacer, todo por construir, todo por erigir. Tal vez allí, y empezando de nuevo, podamos poner unos cimientos de sonrisas y besos.

Vámonos al lugar en el que nacen los sueños y las manzanas, puede que esté al final del arco Iris. Ves a saber, igual nos invitan a caricias y cerveza negra y helada. Tal vez allí no haya folios ni rutinas, amarguras ni anhelos incumplidos.

Vámonos con el viento enredado en el pelo y engarzado en tus pestañas. En moto, con curvas, sin vergüenza ni miedo. Conduzcamos toda la noche (como en la canción de Bruce Springsteen, sólo para comprarte unos zapatos) hacia algún lugar lejos de la ignominia y la desolación de los mercados. Busquemos un mercadillo de madera de cerro, de hierro forjado, de barro y plata vieja. Tentemos a la suerte y cambiemos nuestros versos por cachivaches que generen sonrisas.

Vámonos a ese lugar en que la cerveza es gratis, el vino dulce, y el baile es danza primigenia que evoca a esos viejos dioses que no cumplen sueños pero que te indican como conseguirlos. A ese bosque de arboles, arroyos y rios en los que los vasos siempre están, al menos, medio llenos.

Vámonos, pintándonos la cara de certezas y con las manos repletas de caramelos, camino de las arcadias soñadas, de la Atlantis hundida, trepemos con los dedos desnudos hacia el Eterno Nirvana. Lleguemos al final del camino.

Vámonos a esas playas soñadas de arena fina y sol caliente en tu pecho, de olas acariciando tus pies y mi espalda.

Vámonos, tan sólo un ratito, lejos de estos despachos, de estas carreteras, de estas incertidumbres de Reyes que cazan elefantes y obreros que buscan yogures en los containers. Alejémonos de esta vida desacreditada, de estos días deshonrosos, del aprobio que en ocasiones representa estar vivo.

Vámonos, en definitiva, a algún lugar en el que encontrar un poco de sal con la que alegrar la vida

lunes, 16 de abril de 2012

DE LA PANTALLA AL PAPEL

A todos los que nos gusta escribir, y no somos pocos, lo hacemos no sólo para amarrar fantasmas y ahuyentar ansias, para lograr estremecer corazones ajenos. Sino y sobretodo, para eso, para que nos lean.

Y siendo esto así, hace tiempo que un amigo me sugirió que las reflexiones y pensamientos que en estas letras os plasmo las pusiera en papel. Me pareció una idea un tanto descabellada, a que engañarnos, pero imprimí alguno de los textos para que una persona muy querida por mi y que no se apaña muy bien, ni tiene ningún interés en hacerlo, con los ordenadores lo pudiera leer. Lo que leía, no sólo le gustaba, sino que además lo compartía con amigas en un salón de lectura. Y parece que también les gustaba.

Un día me decidí a plasmar en un libro alguno de esos textos. En parte debido a un comentario de mi amigo Rodolfo…. Gracias Rodolfo por el empujoncito.

En definitiva, que las letras que muchos de vosotros habéis leído, comentado, reído, llorado algunas de ellas… Iniciaron un viaje atávico, una travesía a la inversa y lo que empezó. Y seguirá o eso espero, siendo un blog, unas letras tras las frías pantallas que intentamos llenar de calidez con poesía y versos, con amores y penas. Han retornado al papel primigenio y ahora (y a la espera de acabar mi primera novela y de poder publicarla) podemos leerlas de un modo más tradicional. Tal vez tirados en alguna vereda bajo algún pino, a la orilla del mar, o en la placidez del sofá y la copa de vino.

Aquí os dejo el enlace del lugar en el que se puede comprar “una de Utopia, Crudita y poco hecha” Evidentemente, como no, se agradecen todo tipo de promociones, propagandas y publicidad.

Muchas, muchas gracias a todos los que os tomáis la molestia de leerme y comentarme de vez en cuando. Sin vosotros este blog no sería. Este libro no seria.






sábado, 7 de abril de 2012

UN AÑO DE AMOR

Ahora que los días son más largos y la tarde se tiñe de naranja y sol, ahora,  hace justo un año, un añito, que viniste a traer el mes de abril y la primavera a mis manos, hace un año que dejaste mi alma estremeciéndose en mi pecho.

Decía Emil Ludwing que la decisión del primer beso es la más crucial en cualquier historia de amor, porque tiene dentro de sí la rendición. Y, ya ves, tú me robaste el primer beso a los cuatro segundos de vida, acurrucado y reposando, del esfuerzo de nacer con los ojos abiertos, en brazos de tu madre. En ese momento se paró la ciudad y suspiró el universo, volvió a nacer el mundo.

Hace un año que pido a todos los dioses y parcas que todo lo bueno que tengan preparado para mi lo dejen en tu regazo, en tus manitas, entre dedos. Que el dolor que te tengan reservado (y no lo dudes, piccolo, seguro que una buena dosis de malas cartas tendrán). Como decía, que ese dolor lo depositen en mi espalda, mis bolsillos y mis costillas.

Ya sabes, claro que si, eres un chico listo, que mi corazón late al ritmo de tu respiración, que todos los pasos que quiero dar están encaminados a llegar a tu destino. Gracias pequeño por haberme dado tanto, haberme enseñado tanto siendo tu tan pequeño, por dejarme tu alegría, tu olor, por la música de tu risa, tus carcajadas. Gracias por cambiar el color del mundo, o al menos, por cambiar el color del cristal con el que yo lo miro. Gracias por la luz que salta entre el balcón de tus pestañas. Gracias por poner aguja gorda, aguja pequeña y aguja pequeñita al tiempo de mi reloj. Gracias por transformar los rayos de sol en cuerdas con las que jugar, las nubes en dragones. Aquí siguen mi pecho, mis manos y mi hombro.

Hace un año que ninguno de los paisajes que han contemplado mis ojos son más preciosos que la ternura de tu sonrisa con sus cuatro dientecitos. Que ninguna de las noches que pasé sin dormir, por emborracharme, estudiar, trabajar, o perderme entre las piernas de alguna, han sido tan beneficiosas como las que paso sin dormir por estar en tu regazo, por velar tu sueño e intentar que Morfeo vuelva a acunarte plácidamente. En definitiva, hace un año que sin ti  yo sería como una golondrina sin baile en su vuelo, como un ave migratoria sin camino de regreso, yo podría estar pero no  ser. En definitiva, sin ti yo no sería.

jueves, 29 de marzo de 2012

29M


Es verdad, tengo que confesar que aquellas viejas consignas: “No pasarán” “Hasta la victoria siempre” me producen cierto cosquilleo tras las costillas, y cierta propensión a meterme en las patillas y pantalones de campana que llevaban aquellos que tienen edad para ser mi padre o abuelo. Aquellos que dejaron la piel por ti y por mí. Es verdad, llámame utópico, soñador, ingenuo pero me ilusiona pensar que con claveles rojos metidos en la boquilla de los grises fusiles podemos iniciar, iniciar y ganar una revolución.

Tal vez tenga un algo de iluso fantasioso o novelesco, ves a saber, aún así no soy tan ingenuo. Ya sé que eso no es suficiente, ya sé que mirarnos en el reflejo que dejó el fuego de las barricadas que se quemaron en  las manifestaciones de los astilleros, en las de Asturias, en las del metal de Barcelona de los setenta. En el poético mayo de París no es suficiente. Los tiempos son otros. Nosotros somos otros, no somos nuestros abuelos, ni nuestros padres, ni tenemos lo mismo que perder.  Los tiempos son otros, el mundo, aún impertérrito, es diferente. Son otras letras y otras canciones. En otras poesías hemos de encontrar la salida, y en otras trincheras hemos de depositar nuestros deseos de cambio. Nuestras esperanzas de que nuestros hijos no tengan que manifestarse, ojala no se pongan enfermos, pero que de hacerlo puedan seguir cobrando un sueldo. En definitiva que nuestros hijos vivan mejor o, al menos, tan bien como nosotros.

Vamos perdiendo derechos, vamos perdiendo esos derechos que costaron milenios (no hace tanto habían esclavos, y aún hoy existen. No nos engañemos) que costaron, hace poquito, lucha y esfuerzo. Derechos que se conquistaron a golpe de hambre, de esfuerzo, de marchas verdes, de barricadas, de guerra sin tregua, de personas cansadas de buscar un buen trabajo sin tener que humillarse. (Fíjate y ahora hay quien vende esa dignidad de hombre, de mujer por un A.3 de segunda mano)

No, no somos tan ingenuos ni tan candorosos pensando que bajo los adoquines haya arena de playa. Tal vez esas playas soñadas, esas Arcadias felices estén dentro de ti, amagadas en tu pelo o en tu mochila. En esa caricia, que furtiva, te autoregalas al sur de tu ombligo por las mañanas.

No sé, no tengo soluciones, y de tenerlas me temo que nadie las escucharía. Lo que si tengo, aquí guardadas en esta cajita de madera de cedro tallada a mano, es un soplo de esperanza, una ilusión que aún es ascua recién nacida y que aspira a transformarse en llama y después en hoguera que alumbre tus ojos y nuestro destino.

Hoy  mucha gente   ha dejado de trabajar,  ha decidido decir BASTA YA, basta ya a tanta pérdida de derechos, a tanta incerteza, a tanta diferencia entre unos y otros, a tanta sinrazón. Joder. Todos queremos nuestros derechos, todos queremos vivir, vivir bien y en paz. (no voy a entrar en esa falacia y estupidez de empresarios buenos trabajadores malos, o empresarios malos trabajadores buenos –según quien lo diga) no, no, no que va joder, no es eso.  (Impresentables y capullos están en todos lados y gente que merece la pena también) Basta ya, de esta España de Isabelinos y Carlistas.

Se trata de que nadie quiere que le roben sus derechos cortándole el bolsillo de los tejanos, nadie quiere perder lo poco que se tiene y que antaño se ganó. Ya ves, antes se luchaba por tener derechos, se luchaba con garras y dientes, con uñas, sudor, sangre y prisión. Algo se consiguió. Poco, es verdad, pero ese poco que hemos  heredado. Vamos a perderlo?

Yo digo que no. Yo digo que cuento contigo. Yo digo que suenan tambores de cambio y que tal vez cuando estos dejen de sonar empiecen a bailar las estrellas.


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miércoles, 28 de marzo de 2012

OTRO HAIKU

No temas ni  preocupes.
Al final se impondrá,
la cruda realidad

martes, 20 de marzo de 2012

ALIQUANDO ET INSANIRE IUDUNCUM EST.

Os preguntareis, y con motivo, ¿Qué coño significa esto? Es una “frasecita” que se atribuye a Seneca. Si, ese, ese orador, filosofo y político Cordobés. Significa algo así como; De vez en cuando es agradable hacer alguna tontería.

Y, oye, ahora que llega la primavera con la noche a la espalda y las pléyades en el corazón, con el calorcito engarzado en sus manos, con el sol brillando en tus hombros, tal vez sea el momento de cometer alguna tontería. Alguna estupidez de esas agradables que nos reconvencen de nuestra humanidad, que nos dejan en la piel y bajo sus gotas de sudor la sensación de que estamos vivos, de que vale la pena vivir.

Se me ocurren algunas, ya ves, algo tan sencillo como llamar a los despachos con folios y sin alma que nos esperan cada mañana y decir que no vamos. Que hoy no vamos a trabajar. Y quedar haciéndote el amor toda la mañana, comiéndote todo el mediodía y follándote toda la tarde. Como si no hubiera mañana, como si no hubiera ayer. Como si no fuera a llegar la noche.

Reírnos del pasado mientras revisamos sus grises fotos, tocar el acordeón de madrugada a la espera del pan caliente. Tirar los expedientes por la ventana. Quemar los malos recuerdos en una hoguera antes de San Juan.

Subir al monte parnaso embriagados por los sonidos de todas nuestras musas. Emborracharme por ti. Olvidar todo lo que pasa y todo lo que llega, y tan sólo disfrutar el vientecillo de libertad y el sabor que dejan algunos labios en la boca tras hacer alguna sandez.

Robar un tapiz de vieja tela, hurtar en una tienda de pinturas todos los colores que se nos ocurran, y en ese viejo lienzo esparcir los colores como quien pinta con sus manos su futuro, como quien roba tiempo al tiempo y vida a la vida.

Dejarse llevar. Robar un banco y repartir el botín con todo el que pase por la calle. Bailar bajo la lluvia. Leer poesía en voz alta en un parque. Marcharse sin destino ni comida en el zurrón. Dejarse perilla, afeitarse el bigote, pintarse la barba, jugar con tu pelo. Mandar las normas a ese lugar en el que amargan los pepinos y olvidarse de todas, de todas menos de esa ley divina que nos obliga a ser felices.

Sacar de la alacena miel, azúcar, harina, huevos y todo lo que se nos ocurra, mezclarlo en cualquier lugar y hacer el más dulce pastel de sueños. Esparcir sandia, melón y zumo de naranja exprimido en tus pechos y beberme tu alma.

Llamar a esos amigos que hace años que no ves, ni hueles, ni tocas y tras beber vuestro mejor vino dedicarse a picar a las puertas de las vecinas con minifalda. Buscar a ese tipo que tan mal te cae y decirle que es un capullo, que le invitas a una cerveza.

Deshojar la margarita, perderse en los rincones, subir escaleras que no lleven a ningún sitio. Escalar un pino piñonero. Saltarse los pasos de peatones. Perderse contigo y sin reloj. Volver a descubrir los oscuros y ocultos placeres de los asientos de atrás de los coches.

Viajar al sur de tu ombligo, y a su norte. Cantar con una guitarra a las estrellas. Aullar a la luna llena. No sé. A vosotros que tonterías se os ocurren?