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sábado, 15 de noviembre de 2014

VÍSTETE DE PUTITA CORAZÓN


Vístete de putita corazón, cantaba el maestro Sabina. Yo, desde luego, emplearía otras palabras. Nunca me gustaron los diminutivos. Pero el maestro siempre tiene razón. Así que vístete sexy, ponte medias y taconazos para pisar fuerte, el tanguita más pequeño que tengas del color que más te guste, pero yo elegiría el negro. Nada más, no te pongas nada más. Deja que el vientecillo y el aroma a pasión recorran el resto de tu cuerpo. Ya ves, en ocasiones los días son tan tristes como una guitarra sin cuerdas, pero hoy, hoy, dejemos fuera ese desconsuelo. Déjame ser arañazo en tu espalda.

Si quieres hagámonos algo de daño que en nuestra piel queden laceradas no sólo las heridas que deja el tiempo, sino las señales que dejen mis manos en tu espalda y en el final de ella.  Te invito a un vino dulce en copa de plata y mientras lo bebemos en vez de a Benedetti leeremos en voz alta y gemidos a Leopold Von Sacher-Masoch. Deja la vergüenza y el pudor, ahí, sobre la cama o debajo de ella o tras la almohada, o mejor no, tal vez tengas que morderla. Demuéstrame como es la Venus que habita en tu piel.

Dejemos el ruido de sordidez que habitualmente suele llenar el tiempo y llenemos el aire de latigazos y orgasmos. De mordiscos y besos. Hagamos un castillo en el cielo y dejemos atrás las oficinas, las obligaciones, las corbatas y los dolores. Deja tras tus ojos la mirada de monotonía diaria y vístelos de pasión y magia.

Que, en esta ocasión, la poesía no se escriba con letra azul de búho enamorado de alondra sino con los rojos arañazos que repujaran tu espalda. Mi pañuelo nada hace en mi cuello, ni mi cinturón tiene que aguantar ya nada en mi cintura. Así que démosles mejor uso, no es preciso que cierres los ojos, mi pañuelo te los tapara, ni te esfuerces por no moverte mi cinturón amarrara tus manos. Date la vuelta sobre tus tacones inclina, sobre la mesa, un poco tu espalda mira al paraíso y ofréceme ese culito cansado de estar sobre sillones de oficina, prometo no hacerte mucho daño, tan sólo tatuar en rojo la forma de la palma de mis manos. Demos envidia y excitemos a Satán, que los ángeles ya tienen lo suyo.  

Arrodíllate, sé que tienes una sed en el alma que ningún vino, cerveza o agua clara que “abaje del monte” pueden calmar, Yo te daré lo que la saciará. Pero tendrás que ganártela. El mundo gira y se destroza allá fuera, qué más da? Aquí tu entrepierna palpita y un susurro de placer recorre tu cuerpo hasta tu lengua y tus labios. Beberé de ellos.

Si quieres, cariño, nos hacemos un poco de daño para curarnos las heridas. Si quieres puedo enseñarte a volar, y aún con tus manos anudadas a tu espalda,  te llevaré a un cielo en el que aún no has estado.

Cuando acabemos, seguramente con una lluvia blanca sobre tu pecho, verás que soy un ángel, y si aún no las has vito prometo algún día enseñarte mis alas.



martes, 4 de noviembre de 2014

ALTURA DE MIRAS.



Últimamente la sociedad está muy politizada. No me parece mal, que carajo!!!!!, somos animales políticos nos guste o no. Y aunque suene algo panfletario, es cierto “ si no haces política  te la hacen”.

Se puede hacer política, desde este blog, desde facebook, en conversaciones de bar, en nuestra vida cotidiana. Incluso se puede uno sentir identificado con algún programa político y defenderlo desde allá donde opine que puede ser más necesaria e influyente su aportación. Pero, es que últimamente, parece que más que ante una clase política sería y respetable nos encontremos ante un manojo de incompetentes más ocupados en preservar su silla y su coche oficial que en hacer que esa tremenda responsabilidad que es gestionar lo público y el futuro de todos sea lo primordial.

Tal vez piensen que la política es algo así como la “teoría de Gaia” formulada por Jomes Lovelock, que argumenta que la tierra, la atmósfera se comportan como un todo coherente y que ella sólita va autorregulándose para tener las condiciones esenciales para que continúe la vida. Vamos!!!! Que no hay que hacer nada, (que es lo que parecen hacer algunos. Nada. O bien charlotadas sobre si una bandera u otra sea el epicentro universal de las decisiones que todo lo solventará, o apartando la vista al paro diciendo que como se han creado 300 ó 400 puestos de trabajo sobre millones de parado la cosa va viento en popa, o la insultante brecha entre ricos y pobres, o justificando corrupciones y corruptelas ignominiosas apartando la cara a la espera de la “”resolución Judicial””)

Se echa de menos un político con altura de miras. Valiente, capaz. Políticos con la fuerza moral y la entereza, por ejemplo, de Nicolás Salmeron (en la facultad de derecho de Granada, donde fue profesor le han realizado algún emotivo homenaje). Político almeriense, y presidente del ejecutivo durante la primera República de esta camisa blanca de desesperanza. Fue presidente sólo un mes y medio y renuncio a su cargo en 1873 por problemas de conciencia y negarse a firmar unas condenas de muerte. Es verdad, hoy día nadie renuncia al cargo ni por problemas de conciencia ni por que le pillen robando.

Viene frío el invierno, y viene gélido el futuro político de estos lares que cargados de las hojas caídas de los robles no sabe muy bien a donde va, ni quien dirige los pasos. Se echa de menos responsabilidad, coherencia, verdad, sentido común, congruencia. Altura de miras.

Capacidad de análisis, para interpretar las ganas que muchos tienen de que se les restituyan las heridas de los arañazos que esta “”crisis”” ha dejado en su piel y en sus nominas. Altura de miras para encontrar soluciones ante los niños desahuciados de sus casas y los engominados que los echan mientras exhiben con insolencia su presunción de inocencia al ser descubiertos con las manos en tus preferentes, en tus hipotecas, en tus impuestos, al ser descubiertos, al fin y al cabo, con las manos en la masa que debería hacer el pan para todos.


Duele, últimamente, la política y sus consecuencias. Huele mal, a armario cerrado y apolillado desde hace tiempo. Y, más que nunca, o como siempre se desea olor a clavelinas, hierbabuena y dama de noche.