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jueves, 28 de octubre de 2010

MAS BUENOS MOMENTOS.

No creo que, ni tú ni yo, sepamos donde está la felicidad, donde se esconde, en cual de los recovecos que dejan los buenos momentos se agazapa para que no la encontremos y no sepamos aprenderla con las manos desnudas. No sé.

Creo que tenemos la obligación, quizás la única, quizás la más importante, de ser felices. Sobretodo porque el tiempo pasa. Uno de mis momentos de felicidad es cocinar para la gente que quiero, - y por supuesto para mí- así que el otro día invité a unos amigos, a familiares más bien, a comer a casa.

Preparé mis aperos de cocina; delantal negro, tabla para cortar, cuchillo de esos japoneses con mango negro y borde afilado. Preparé el ritual, y me dispuse a pasar un muy buen momento. Música por toda la casa, incienso muy suave y una copa de vino tinto que me acompaña en la cocina.

Lo que preparé es osobuco de pavo en salsa de castañas y cerveza negra. Encendí los fogones de casa, esos que hace tiempo dejaron de tener el encanto del fuego ancestral pero que tienen la practicidad de la vitrocerámica. Fui dejando trascurrir el tiempo mientras cortaba cebollitas de estas muy pequeñas para caramelizarlas con mantequilla, nuez moscada y tiempo.

Empecé a cortar y preparar todo aquello que necesitaba para aderezar las viandas que horas después nos deleitarían, o no, escuchaba música, bebía algo de vino. Besaba de tanto en tanto a mi chica. Fuera el tímido sol de otoño no lograba calentar el ambiente, el mundo seguía en su loco giro hacia ningún lugar, hacia ninguna parte. Las hojas pintaban de amarillo la puerta de casa. Fuera el mundo seguía siendo hostil y cruel. Pero dentro no, dentro la carne empezaba tomar su consistencia, los higos se cubrían con jamón recién cortado. Empezaba a oler a castañas, a comida de recreo. El vino iba acompañando mi garganta y mi diástole. La música paseaba por el comedor y por la cocina. Bruce Springsteen acertadamente nos recordaba

Better days with a girl like you
These are better days baby
These are better days its true
These are better days
Better days are shining through

Poco a poco la mesa era una realidad. La cocina un campo de batalla ganada. Mis amigos, mi familia, con mi pequeña ahijada llegaron con el condumio casi casí a punto de acabar. En el mejor momento. La Piccola intentaba ayudarme a dar los últimos puntos de sal de los pucheros, mientras me besaba recordándome que me quiere, de ellos surgía un chufchuf y de mi corazón, como en la canción de Miguel Bosé, surgía un bumbum. Una pizca de cardomomo mezclado, en mis manos desnudas antes de esparcirlo, con pimienta verde y rosada recién molida. De la olla baja de barro aparecían virutas de humo que inundaban de un olor a futuro y a bienaventuranzas la casa, un aroma a cariño y concordia recorría la distancia hasta el comedor, como si fuera un furtivo susurro que quisiera abrazar a mis invitados. Recordándoles que son bienvenidos. Arrullando a mi chica y su secreto y acurrucándose en los rizos que guardan mi paz.

Los fragmentos de olor y humo, parecían volar indicando el lugar donde habita la estrella polar y ronroneaba en el aire diciendo; nunca estarás solo. Después, mesa compartida, risas acompañadas con un buen vino tinto de veranos secos e inviernos fríos, que sirvió para recordar a los que no están, para brindar por la vida de los que vendrán.

viernes, 22 de octubre de 2010

FRASES QUE ME IRRITAN

No sé si os habéis fijado en que muchas veces, todos, empleamos frases hechas, coletillas que se emplean en infinidad de ocasiones y que ya tenemos más que asimilados en nuestro vocabulario diario. No me refiero a refranes, eso es otra cosa y algunos me gustan y muchos de ellos condensan una gran cantidad de conocimiento en una pequeña frase. No, no me refiero a refranes. Me refiero a esas frases que empleamos, así sin ton ni son, veis otra frasecita de esas hechas, aunque esta no me molesta. Sin embargo si que hay toda una retahíla de, como llamarlo?, construcciones lingüísticas que me ponen de especial mala leche (bueno tampoco tanto, un poco estoy exagerando “paque” engañarnos) ahí va un ejemplo de las frases a las que me refiero:

Es un hombre que se ha hecho a si mismo: Tócate los cojones y baila. Pero vamos a ver!!! como qué se ha hecho a si mismo? qué significa eso? Que es alfarero y nació siendo un pedacito de barro y con sus manitas de neonato ha ido dándose forma a su cuerpo serrano. Quizás se refiera a que es una persona tan, tan, tan autodidacta que en su educación y edificación de su bagaje cultural no ha participado nadie y él o ella solitos, así por ciencia infusa, han aprendido todo lo que saben sin que nadie les ayude. Como si fuera algún tipo de Robinson en la Isla de su vida y que solitos han hecho todo lo que hay a su alrededor. Si, claro, hasta el sol sale por el este porque ellos/as quieren que así sea.
Coincide además que estos hombre mujeres que se han hecho a si mismos gustan mucho de decir otra de las frases que me amohínan y exasperan Yo he aprendido en la universidad de la vida Ostia esta en buena!!! Y con que nota suspendiste? porque vamos hace falta ser capullo. No por nada, pero digo yo, que los que hemos ido a otras universidades también estamos en la universidad de la vida, en el colegio de la vida o en la guardería de la vida. Que no es por nada, pero me gustaría recordar a los que no tienen estudios universitarios (que ni puta falta hace para la mayoría de los casos ni de las cosas de la existencia vital tuya o mía) que los que si van a universidades de esas que ponen exámenes y te enseñan mil gilipolleces que ni te van ni te vienen, también están en la vida y en el mundo que todos compartimos. Unos aprendiendo, otros no, unos riendo, otros llorando. Por otro lado en ocasiones me dan ganas de preguntar a esta gente que tantiiiiiiisimo ha aprendido en la universidad de la vida qué cuanto les cobraron por la matricula. Claro siempre me contengo vaya a ser que me contesten y la respuesta me traiga unas arcadas de vomito irrefrenable.

Yo cada día aprendo algo, Pues mira, yo no. hala, venga, a ver quien la dice más gorda. Joder que pasa que si un día no aprendes nada no vales no puedes jugar. Joder que, si, que yo soy cabezón pero aprender tantas tantas cosas, cada día una. Uffff pues yo “qué me sé” pero que supongo que llegará el día en que tendrás que desaprender algo para que quepa tantiiiiiiiiiiisimo conocimiento… No si lo que yo decía, es lo que tiene la universidad de la vida que cada día te da lecciones jajaja.
Es amigo de sus amigos, Nos ha jodido mayo con sus flores y las polinizaciones de las abejas reinas del Gorongoro. Coooooooooooooño, si no es amigo de sus amigos, qué va a ser? amigo de los míos Además parece lo más normal y obvio del mundo ser amigo de tus amigos. Es que es como decir que es hermano de sus hermanos, padre de sus hijos, primo de sus primos o tontolculo entre los tontosdelculo. Es que esta es posiblemente de las que más me sofocan, oye!! No es que el enojo y el cabreo me hagan perder la cabeza, pero… ufff es que son frasecitas que tienen tela.

sábado, 16 de octubre de 2010

CAMPAMENTO ESPERANZA.

Resulta que hay ocasiones en las que uno se siente orgulloso de pertenecer al genero humano y se vanagloria de ser hombre. Es cierto que la historia de la humanidad está repleta de imágenes de desesperanza, de ignominias, de desconsuelo y maldad, de egoísmo y oxido en los deseos de paz y bienaventuranzas para todos. Es verdad. Eso es así. Pero también es cierto que en ocasiones simple y llanamente ese musculo que tenemos tras las costillas y que nos diferencia de los animales en que, nos gusta pensar que sirve para algo más que para latir unas cincuentaypico veces por minuto se eriza se contrae y bombea para intentar que el mundo sea algo más feliz que en el latido anterior, que sea algo mejor.

Un buen ejemplo de lo anterior es lo, por todos sabido, ocurrido en el desierto de Atacama. Desgraciadamente 33 de nuestros hermanos y amigos desconocidos se quedaron enterrados en el vientre de madre Gaia. Perdidos. Sepultados. Desesperanzados. Muertos. Muertos y enterrados. Todos sabemos la historia; eran mineros. Para el poder, seres prescindibles, sin importancia y del escalafón más bajo de las castas sociales creadas en el mundo. Sin lo que sucedió serian 33 desgraciados o felices desconocidos. Eso no es importante. Lo importante es que el mundo entero. Chile Entero, un país de los que nosotros miramos por encima del hombro se paró. Tomó aire como buscando un trocito de verdad y del candor del cielo en la primavera del cono sur, en las piedras del desierto.

Nada importó. Se busco una solución, se olvidaron premisas económicas. Se pretendía sólo traer soluciones, sólo traer esperanza, sólo traer a 33 amigos. Que sufren, que lloran, que ríen, que aman y odian, que viven. El desierto se trasformó, con plásticos, tiendas de campaña, fogones improvisados y muchos grupos de a seis cuerdas de guitarra, en una ciudad de luz que brillaba más que el sol, más que las estrellas de San Telmo. Más, mucho más que las refulgentes luces de los supermercados del “todo tiene un precio” en la quinta avenida de new york. Brillaba más que todo eso porque brillaba con las brasas de la esperanza, del deseo y su fulgor a salpicado a todo el mundo.
Sus chispas de candor y certeza, al menos a mi, me hacen pensar: Y si creamos muchos más campamentos esperanza. El renacimiento en Atacama nos deja no sólo una sonrisa en los labios y unas lagrimas de felicidad recorriendo nuestra cara. Nos deja la realidad de que el ser humano es capaz de, con su fe, mover montañas –en este caso agujerearla-. Nos deja la certeza de que otro mundo más justo, más solidario, más amable que el que tenemos es posible. Tras secarse las lagrimas de felicidad nos deja un aviso en las manos y debajo de la piel, nos dice un; si queréis podéis.

Parece que esta claro que el mayor de los deseos y de las virtudes el más fuerte es la voluntad, quizás a la paz con el amor, si los hombres tenemos la voluntad de conseguir algo, lo conseguiremos: hacer fuego, edificar construcciones maravillosas, curar la peste negra, volar, sacar a 33 mineros de las entrañas de la tierra… mil cosas, diez mil deseos cumplidos por nuestra tenacidad y voluntad de triunfar sobre lo que parece invencible, imposible…

Ahora deberíamos de crear, con pieles de sueños, con manos fuertes, con ojos ambiciosos con todos los deseos del mundo campamentos esperanza que esperen acabar con el hambre de los niños, con las guerras, con las injusticias, con otras tantas, tantas cosas que a uno le hacen odiar al género humano al que pertenece.

lunes, 11 de octubre de 2010

FUTURO IMPERFECTO

No me refiero a futuro imperfecto como ese tiempo verbal que utilizamos para intentar expresar acciones futuras que pretendemos hacer y que están íntimamente relacionadas con el momento en el que estamos hablando, no, no me refiero a eso.

El futuro, si es que es, siempre es imperfecto. Y es imperfecto precisamente por eso, porque es futuro. Porque no existe todavía. No ha llegado, y no tenemos ni puta idea de si llegará, ni de cómo lo hará. De cómo llegará a nuestras vidas, acaso con su paso de rinoceronte insolente e imparable que no se detendrá tenga lo que tenga en su camino.

Evidentemente no creo que esté escrito en las borlas de un café caliente de otoño y dulce de esperanzas, tomado con cariño junto a la persona amada o un amigo.

Quizás se aproxime a nuestras entrañas y nuestros pies en meditados círculos de buitres carroñeros, o tal vez como el impredecible y poético vuelo de las mariposas que revolotean la cabeza y el estomago de las adolescentes que en primavera se enamoran de los amigos de sus hermanos mayores. No sabemos, ni tú ni yo ni nadie, como será como vendrá disfrazado. Pero venga como venga, creo que es inevitable que talle con sus frías y precisas manos de cirujano experimentado la madera con nudos de nuestras vidas. Ves a saber que figura extrae de nuestra esencia.

Esta por venir, por llegar. Es Esquivo y misterioso hasta que llegue y se aposente en un inevitable y rotundo presente, tal vez feliz y alegre, quizás triste y oscuro.

Y no es posible envidar al futuro, ni engañarle a las cartas. Él siempre gana al cinquillo. Por muchísimo que intentemos dibujarlo a nuestro modo el futuro lo desdibujara a su antojo. Y no quiero con esto decir que este escrito en cartas tiradas por seudohechiceras o por magas buenas, ni que las norns lo tejan con hebras doradas de la lana de nuestra piel. No está ni escrito ni dirigido al nacer, tan sólo que tampoco esta absolutamente en nuestras manos prepararlo. Nosotros haremos planes y deseos y la vida nos los ira cambiando.

El futuro igual se amarra al deseo, a las esperanzas de lo que nos gustaría que fuera, y no será, o sí, que al más caprichoso e incontrolable azar. Pero sea como sea lo mejor será recibirlo con una sonrisa lacónica y atrevida.

De nada nos servirá intentar adelantarnos a él buscándolo en las runas, en las cartas, en las piedra o en las figuritas de Ángeles. No está escrito ni plasmado en cartas astrales, bastante tienen las estrellas con no caerse y girar alrededor de estrellas más grandes, bastante tienen con llorar en nombre de San Lorenzo en agosto, como para encima tener que escribir en ellas tu porvenir.

El tiempo pasará, como un alfarero pasa sus manos por un pedazo de barro mojado; suave a veces, apretando en ocasiones. Dará forma a nuestras vidas y llegará el ansiado futuro que se volverá presente y enseguida será pasado. Es entonces que nos pasará lo que ya le sucedió a Antonio Machado:

Al borde del sendero un día nos sentamos.
Ya nuestra vida es tiempo, y nuestra sola cuita
son las desesperantes posturas que tomamos
para aguarda
.…”

En todo caso, espero que nuestro futuro no se convierta en un ruido que resuene en la brecha de nuestro corazón como un pretérito pluscuamperfecto, si yo hubiera o hubiese soñado, si yo me hubiera o hubiese atrevido…. Que resuene un maravilloso y merecido pretérito perfecto simple. Yo Viví.

lunes, 4 de octubre de 2010

PÓNGAME UN AÑITO

Pues, más con intención de dar rienda suelta a mi espíritu de escritor que no escribe, de entretenerme un ratito, entretener y dar que pensar a aquella y aquel que quieran dedicar su tiempo a leerme, que de comentar las cosas que pasan por el mundo. –que también- me decidí hace aproximadamente un año a iniciar esta especie de cuaderno de bitácora, real y crudito como la vida misma.

En él hemos hablado de amor y de sexo, de vida y de muerte, de cuentos e historias reales e ideales, de lo que nos gusta y de lo que no, incluso nos hemos acercado, insolentes y atrevidos, a la poesía. Hemos puesto fotos y dejado volar nuestra imaginación con ellas. Hemos hablado, en fin, de lo que nos ha dado la gana, que para eso está Internet y la vida- y como soy tan dado a la fantasía poética como a la realidad visceral, esa que duele al verla en las calles o por la tele y huele al sentirla de cerca, esa que en las entrañas deja un sinsabor por no hacer nada-, es por lo que dedico algo de mi tiempo (escaso como el de todos) a plasmar por aquí algunas ideas, inquietudes, ardores y arrebatos que me han ido dando. Si esto, lo que escribo, es motivado por algo que pase a mí alrededor pues mejor que mejor. Y como dice el gran maestro Sabina, si no tengo emociones me las invento.

Con un poco de suerte, y dado a que todas esas sensaciones e ideas no pienso escribirlas en viejos papeles (o quizás si qui lo sa) que se volverán más viejos todavía, condenados a olvidarse y perderse en un cajón o rincón cualquiera. Es por lo que tengo intención de, salvo comentarios en contrario e invitaciones a que lo deje, seguir aporreando en este teclado, escribir con tinta azul empapando pluma de búho enamorado de alondra, y colgarlo por la red de redes. Tal vez muchos más lo leerán. Inch Ala.

No es fácil empezar ni continuar una cosa como esta. Porque claro, tampoco es plan de desnudar el alma así a la brava como si uno fuera un torero de esos que tienen cara de antiguos y coches y relojes modernos. Atrevidos y desvergonzados para explicar las cosas así, a puerta gayola.

Deciros que esta loca idea cumple, tras 78 entradas, 93 seguidores, 1100 y pico comentarios, un añito en fechas muy próximas a mi cumpleaños. Si, efectivamente de modo imparable e inexorable me voy acercando a los cuarenta. Nada, seguiremos cumpliendo años, dejando que el pelo se vuelva cada vez más blanco. Si a todos nos apetece seguiremos jugando, comentando, hablando de todo… haciendo poesía.