El otro día fui a comprar una de esas bicicletas de madera, sin pedales y pequeñas, para los locos bajitos que nos vuelven locos cada día, era/es, (aún no se la he regalado) para el pequeño J, si, si el niño de Khonsu, (bueno del post que hablo de Khonsu más bien). Parece sencillo encontrar una simple bicicleta de madera, verdad? Pues no. No lo es. Parece que no están de moda.
Recorridos todos los Imaginariums, toys`r`us, Drim y demás supermegamaximultinacionales del juguete y tras ver que tanto en un lugar como en otro tienen las mismas porquerías de plástico, decidí hacer lo obvio: pedir auxilio. Pregunté a amig@s que tienen hijos. Finalmente me recomendaron dos tiendas en las que probablemente encontraría lo que buscaba. Tuve suerte en la primera.
C/ Balmes 383 ó 393, no recuerdo, cerca de metro de putxet. Es una tienda pequeñita, con mil y una cosas mágicas y encantadoras para los pequeños. Juegos de metal, cartón, madera… muy alejados de los asépticos y plastificados juegos que nos ofrecen en otros lugares. Aunque esto también es lo de menos, total los niños y niñas no necesitan mucho para divertirse. Ni un juguete maravilloso y caro ni una bicicleta, con un papa, mama o cualquiera que les preste atención y cualquier cosa son capaces de reírse y divertirse mucho.
Lo que me gustó de esta tienda fue su atención, su personal. Nos atendió una joven encantadora, profesional y educada, que nos enseñó la tienda explicó su filosofía de trabajo y mostró sus mejores juegos. Explicaciones rápidas, correctas, acertadas, amables, te hacia participar de lo que te contaba, mostraba los juegos, te los dejaba para que los tocases, olieses sintieses… Nos dijo:
--como no tenemos página web, ni hacemos publicidad tenemos que hablar con nuestros clientes, explicarles nuestro genero.
Y eso hizo hablar, y muy bien, por cierto.
Me sorprendí. Ahora cuando entras a cualquier tienda, de cualquier producto – y cuanto más pija peor- las dependientas o dependientes (imagino que ahora se llamaran técnicos en atención o ves a saber) no sólo no te atienden, sino que ni siquiera te miran, o de hacerlo es con desprecio como preguntándose: Qué coño hace este aquí? Que son todo/as una mezcla indeterminada entre vampiros esterilizados y anoréxicos aprendices de actores de segunda. Que no se menean del mostrador, eso sí, con cara de ser la persona más importante del planeta, que digo del planeta, del universo. Da la sensación que no pueden atenderte porque están esperando una llamada de Obama o de Ala para salvar el mundo. Vamos que parece que te están haciendo un favor. Coño!!! pero no te pagan por vender? Pues chica/o intenta vender algo o al menos no pongas trabas. Joder, que coges una chaqueta y te miran mal. -Que sólo quiero probármela, por favor señorita no me saque los ojos, no me mire así que igual hasta me la pruebo y me la compro.
Resumiendo que se agradece un poco de trato humano un poco de calor entre personas, aunque sea tan sólo para vender una bicicleta de madera y sin pedales.
¿Le gustará?
Recorridos todos los Imaginariums, toys`r`us, Drim y demás supermegamaximultinacionales del juguete y tras ver que tanto en un lugar como en otro tienen las mismas porquerías de plástico, decidí hacer lo obvio: pedir auxilio. Pregunté a amig@s que tienen hijos. Finalmente me recomendaron dos tiendas en las que probablemente encontraría lo que buscaba. Tuve suerte en la primera.
C/ Balmes 383 ó 393, no recuerdo, cerca de metro de putxet. Es una tienda pequeñita, con mil y una cosas mágicas y encantadoras para los pequeños. Juegos de metal, cartón, madera… muy alejados de los asépticos y plastificados juegos que nos ofrecen en otros lugares. Aunque esto también es lo de menos, total los niños y niñas no necesitan mucho para divertirse. Ni un juguete maravilloso y caro ni una bicicleta, con un papa, mama o cualquiera que les preste atención y cualquier cosa son capaces de reírse y divertirse mucho.
Lo que me gustó de esta tienda fue su atención, su personal. Nos atendió una joven encantadora, profesional y educada, que nos enseñó la tienda explicó su filosofía de trabajo y mostró sus mejores juegos. Explicaciones rápidas, correctas, acertadas, amables, te hacia participar de lo que te contaba, mostraba los juegos, te los dejaba para que los tocases, olieses sintieses… Nos dijo:
--como no tenemos página web, ni hacemos publicidad tenemos que hablar con nuestros clientes, explicarles nuestro genero.
Y eso hizo hablar, y muy bien, por cierto.
Me sorprendí. Ahora cuando entras a cualquier tienda, de cualquier producto – y cuanto más pija peor- las dependientas o dependientes (imagino que ahora se llamaran técnicos en atención o ves a saber) no sólo no te atienden, sino que ni siquiera te miran, o de hacerlo es con desprecio como preguntándose: Qué coño hace este aquí? Que son todo/as una mezcla indeterminada entre vampiros esterilizados y anoréxicos aprendices de actores de segunda. Que no se menean del mostrador, eso sí, con cara de ser la persona más importante del planeta, que digo del planeta, del universo. Da la sensación que no pueden atenderte porque están esperando una llamada de Obama o de Ala para salvar el mundo. Vamos que parece que te están haciendo un favor. Coño!!! pero no te pagan por vender? Pues chica/o intenta vender algo o al menos no pongas trabas. Joder, que coges una chaqueta y te miran mal. -Que sólo quiero probármela, por favor señorita no me saque los ojos, no me mire así que igual hasta me la pruebo y me la compro.
Resumiendo que se agradece un poco de trato humano un poco de calor entre personas, aunque sea tan sólo para vender una bicicleta de madera y sin pedales.
¿Le gustará?
desde luego que si.....
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