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martes, 4 de noviembre de 2014

ALTURA DE MIRAS.



Últimamente la sociedad está muy politizada. No me parece mal, que carajo!!!!!, somos animales políticos nos guste o no. Y aunque suene algo panfletario, es cierto “ si no haces política  te la hacen”.

Se puede hacer política, desde este blog, desde facebook, en conversaciones de bar, en nuestra vida cotidiana. Incluso se puede uno sentir identificado con algún programa político y defenderlo desde allá donde opine que puede ser más necesaria e influyente su aportación. Pero, es que últimamente, parece que más que ante una clase política sería y respetable nos encontremos ante un manojo de incompetentes más ocupados en preservar su silla y su coche oficial que en hacer que esa tremenda responsabilidad que es gestionar lo público y el futuro de todos sea lo primordial.

Tal vez piensen que la política es algo así como la “teoría de Gaia” formulada por Jomes Lovelock, que argumenta que la tierra, la atmósfera se comportan como un todo coherente y que ella sólita va autorregulándose para tener las condiciones esenciales para que continúe la vida. Vamos!!!! Que no hay que hacer nada, (que es lo que parecen hacer algunos. Nada. O bien charlotadas sobre si una bandera u otra sea el epicentro universal de las decisiones que todo lo solventará, o apartando la vista al paro diciendo que como se han creado 300 ó 400 puestos de trabajo sobre millones de parado la cosa va viento en popa, o la insultante brecha entre ricos y pobres, o justificando corrupciones y corruptelas ignominiosas apartando la cara a la espera de la “”resolución Judicial””)

Se echa de menos un político con altura de miras. Valiente, capaz. Políticos con la fuerza moral y la entereza, por ejemplo, de Nicolás Salmeron (en la facultad de derecho de Granada, donde fue profesor le han realizado algún emotivo homenaje). Político almeriense, y presidente del ejecutivo durante la primera República de esta camisa blanca de desesperanza. Fue presidente sólo un mes y medio y renuncio a su cargo en 1873 por problemas de conciencia y negarse a firmar unas condenas de muerte. Es verdad, hoy día nadie renuncia al cargo ni por problemas de conciencia ni por que le pillen robando.

Viene frío el invierno, y viene gélido el futuro político de estos lares que cargados de las hojas caídas de los robles no sabe muy bien a donde va, ni quien dirige los pasos. Se echa de menos responsabilidad, coherencia, verdad, sentido común, congruencia. Altura de miras.

Capacidad de análisis, para interpretar las ganas que muchos tienen de que se les restituyan las heridas de los arañazos que esta “”crisis”” ha dejado en su piel y en sus nominas. Altura de miras para encontrar soluciones ante los niños desahuciados de sus casas y los engominados que los echan mientras exhiben con insolencia su presunción de inocencia al ser descubiertos con las manos en tus preferentes, en tus hipotecas, en tus impuestos, al ser descubiertos, al fin y al cabo, con las manos en la masa que debería hacer el pan para todos.


Duele, últimamente, la política y sus consecuencias. Huele mal, a armario cerrado y apolillado desde hace tiempo. Y, más que nunca, o como siempre se desea olor a clavelinas, hierbabuena y dama de noche. 

4 comentarios:

  1. Ética amigo se llama ética, tan bilipediada y denostada en estos tiempos. He dicho!

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  2. Como lo sabe, a esos olores son los que se les echa de menos. Un perfecto escrito Carlos.
    Saludossss.

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  3. hay palabras que han dejado de existir para algunos.........y lo triste es que nos estamos acostumbrando a ello.........

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