Seguidores

lunes, 10 de septiembre de 2012

UNA NOCHE COMO LAS DE ANTES.



En unos días cumpliré cuarenta años. (ahí es nada) y consecuentemente muchos de  mis amigos los acaban de cumplir o están a punto de hacerlo. Ya sabéis, es una fecha sugerente , y, claro está; fiestas sorpresas, celebraciones de uno y otro.

Hace muy pocos días estuve en una de esas fiestas, y no pude menos que hacerme algunas reflexiones. Es posible que con 40 nos encontremos a nosotros mismos esperando un “noséque”, tal vez aquellos anhelos incumplidos que tuvimos subidos a las almenas de la niñez, aquellas en las que nos rompimos huesos y forjamos el carácter y la risa, o los que tuvimos en los bares de la  adolescencia en los que nos enamoramos eternamente. Pero muchos sueños no se han cumplido e incluso algunos sabemos que jamás se van a cumplir. Pasa el tiempo y los minutos que van depositándose en ese extraño lugar que llamamos pasado no ayudan a cumplir los deseos que dejamos esperando “a otro día” para cumplirlos.

Ves a saber, amigo, ves a saber, lo cierto es que los años pasan y las horas vuelan. Tal vez estemos a la mitad del camino, con muchas veredas andadas y muchas por andar. El sol ya hace años que quema en la piel y ha dejado bronce y arrugas, éxitos y risas. La luna ha crecido y decrecido muchas veces en su eterna lucha contra la oscuridad iluminando fracasos y borracheras. Quizás tengamos todo el futuro por delante o todo el pasado…. Yo que sé.

Volviendo a la fiesta; nos encontramos viejos amigos de la infancia, hombres y mujeres que son parte de tu vida desde hace más de treinta años. Tampoco son pocos. Toda una vida, en la que hay cabida para encuentros y desencuentros, risas compartidas y lagrimas robadas, frustraciones y reyertas, aciertos y disputas. Hombros   que se han tenido cerca y abrazos que en ocasiones has echado de menos y a veces de más. Son muchos años y estos, los años, han ido dejando en la mochila de cada uno de nosotros divorcios e hijos, éxitos y fracasos empresas frustradas y proyectos conseguidos dinero malgastado, hipotecas, dificultades, victorias que bailan con las decepciones. Caídas que han logrado triunfos. En fin que ya ninguno de nosotros es el niño que era, pero sin embargo somos los hombres que somos, entre otras cosas, gracias a todo lo compartido años atrás.

Pronto nada de esto tuvo importancia y tan sólo éramos un puñado de amigos celebrando el cuarenta aniversario de uno de nosotros, festejando la bendita excusa para volver a vernos. Con un vino mejor que el de antes, con una buena cena y una buena conversación. Recuerdos, añoranzas, nuevos secretos y confesiones en silencio y lagrimas de sal agazapadas y escondidas tras los ojos para que nadie pudiera ver que la emoción estaba a punto de resbalar por nuestras mejillas.

Continúo la noche y las copas. Incluso el tequila que antes era para las dudas ahora quemó nuestras gargantas entre risas y abrazos. Cuando thunderstruck  de AC/DC sonó, coincidiendo con un reparador chaparrón de verano y el resto del bar dio por perdida cualquier posibilidad de permanecer allí en paz, fuimos los amigos de siempre, los hermanos que jamás dejamos de ser.

Habitamos ese lugar de antes, en el que el futuro era urgente pero lejano, cuando el mañana era un libro en blanco que escribir a mano lleno de promesas y sueños por cumplir. Ese lugar en el que todo estaba por hacer y el mañana no era más que un eterno ahora a la espera del futuro. Un futuro que ya está aquí.

No todo se ha cumplido y este presente que hace bien poco era un futuro incierto no ha satisfecho todas las utopías personales y globales que  pretendíamos. Nunca seremos los de antes, pero somos los de ahora y eso no está nada mal.

8 comentarios:

  1. A mi me empiezan a sonar los 35 y parece que el mundo se mueve alrededor de un eje sobre el que áun no he sabido situarme. Los amigos son los de siempre y también los que me he ganado en las últimas batallas. Profesional, hipotecada, segura y feliz. Pero son 35... Y yo soy de las que se muere por volver a tener 20, a pesar de haber ganado en tranquilidad y sabiduría. Quizás lo consiga este sábado, después de un par de tequilas.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Gran reflexión Carlos sobre el paso del tiempo, de los años y todo aquello que va quedando en nuestro pozo...

    Un abrazo fuerte :)

    ResponderEliminar
  3. En unos días cumpliré treinta y ocho años. (ahí es nada) y sí, me encuentro a mí misma esperando un no sé qué.

    De todas formas....si con éstas edades estupendas (ni loca las cambiaba por los veinte) no tenemos nada que esperar de la vida, menudo rollo no?.

    besos.

    ResponderEliminar
  4. Este también es el año en que estrenaré esa década, ayyyyyyyyyyy, como conmemorarlo?, aún no lo se, hasta finales de año no me toca, pero me da vértigo, más que nada porque con la experiencia de los años, quisiera volver a vivir estos últimos 20¡¡¡

    ResponderEliminar
  5. Los cuarenta años, tanto en hombre como en mujer, es una edad maravillosa donde ya te vas haciendo adulto de verdad, empiezas a madurar y empiezas a saber y valorar la vida.
    Con un futuro por delante que si sabes usarlo te podrá llevar a la máxima felicidad que se puede tener en la vida. Te lo dice alguien que ya tiene poco futuro pero mucho pasado.

    ResponderEliminar
  6. "pero somos los de ahora y eso no está nada mal." así es, el presente es un regalo que hay que aprovechar, la vida nos la han dado, y es maravillosa si la vivimos a nuestra manera.

    Saludos,

    Alma.

    ResponderEliminar
  7. Privilegiados cuarenta. Es la edad de las segundas oportunidades, el momento de mirar el pasado con perspectiva y mirar al futuro de manera desafiante. En esta edad, uno cree haber adquirido la madurez absoluta, pero eso lo debería juzgar su propia madre.
    Un abrazo, amigo!

    ResponderEliminar
  8. Tesoro yo descubrí a los cuarenta cosas que jamás imagine que fuera a descubrir y aunque dicen que las mujeres desaparecemos, justo a esta edad, yo no e ligado más en mi vida, ¡Vale! Yo no e ligado nunca, pero me hacía una ilusión, ja ja ja

    UN besote y felicidades.

    ResponderEliminar