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jueves, 9 de agosto de 2012

CHAVELA




El diablo recibió a uno de sus lugartenientes.  Ese viejo demonio al que amputaron el rabo hacia cientos de años. Su lugarteniente le leyó el orden del día; las torturas afligidas, las almas devoradas en el cuarto circulo y las pesados monedas de mas que ponían en los sacos que estas avaras almas llevaban como impenitente penitencia. En fin, al fin y al cabo, de las monotonías diarias de un infierno. El diablo se afilaba las uñas contra el peño mientras, aburrido, agotaba una copa de Merlot. Sin embargo cuando el diablo tullido acababa su soliloquio el Demonio sonrió.

Belcebú le dio una patada al viejo diablo lisiado y le dijo: - Acaba de morir una mujer, borracha, bebe mucho y el Tequila fue durante años su mejor amigo, mira el culo a otras mujeres, ( tal vez la deje pudrirse en el segundo circulo, el de los lujuriosos, pensó Satán-) iba armada con un revolver bajo su poncho rojo y es pendenciera. ( o, tal vez, en el séptimo con los violentos, volvió a pensar) Ahhhhhhh, se regodeaba Satan, que bien carne fresca en este aburrido infierno.

Pasaron las horas y el Diablo enfurecía, esperaba a la buena de Chavela Vargas y escuchar sus canciones en su silla de cadáveres. Chávela no llegaba. Esta vieja borracha se habrá perdido por el Estigio. Ves a saber. Decía el diablo. Mientras tanto, un tal Franco, junto a un tal Pinochet, y un tal Hitler, transformados hacia tiempo en asesores de Satán le dijeron que tal vez la vieja Chavela no fuera buena compañía en esos lugares. Que ellos, al menos, no la querían ver por ahí.

A media noche el Diablo, entró en cólera ( y creedme amigos, la cólera del Demonio es mortal) se enteró, gracias a sus espías, que la buena de Chavela había acudido rauda, tras dejar su México lindo y querido, justo al otro lado del espejo del infierno. La llevo en “auto” Doña Maria Calvo Nodarso “Macorina”.

Le dijo su espía, que mientras acudían al cielo, en el mágico auto de Macorina, esta le puso ahí la mano. Que ambas sonreían y reían a carcajadas mientras el auto atravesaba las nubes.

Le dijo su espía, que el hermano de Satán sonrió feliz al ver llegar tras 93 años a Chavela Vargas, que la recibió un coro de mariachis con un buen Tequilla ( de nuevo podía volver a beber).

Le dijo su espía, que 13 jóvenes rosas que habían muerto el mismo día que Chavela y 75 años antes fusiladas por uno de sus tres últimos asesores, le recibieron con abrazos y con ponchos rojos tejidos con manos celestiales. Cantaron todas juntas piensa en mi.

Le dijo, finalmente su espía,  que le esperaban con muchísimas canciones nuevas escritas por José Alfredo. Que se fue al rio con su llorona,  que en el atormentada alma de Chavela ya no había frio porque le tapó  con su rebozo.

Aquí, en la tierra, compartimos unas copas de Tequila por Chavela, brindamos a su salud, porque el amor no duela, por no olvidarla, porque la vida nos llene de suerte. Por su ausencia, que nos matará un poquito.

Allá en el cielo un coro de Mariachis sonreía.

Allá en el infierno, Satán, seguía de mal humor bebiéndose su amargo Merlot, y se puso un disco de un tal Julio Iglesias, él –el maligno quiero decir- no sabía si ese tal Iglesias acudiría a su casa, lo que sabía es que su música le gustaba. Y lo cierto es que la  música de Chavela Jamás gustó al demonio.

5 comentarios:

  1. Bonita 'Parabola' si señor..!! muy simbolica e ironica.. jejejej... estoy seguro que las 12 rosas ya se la habran susurrado a Chavela.... ;-)

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  2. Las amarguras serán algo más amargas... aún... ya no nos las cantará Chavela

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  3. Me encanta tu homenaje a otra grande que se une a la parranda celestial

    Un besote

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  4. Ostras, que bonito homenaje, ingenioso y maravilloso.

    Un besote.

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  5. me has emocionado , que hermoso homenaje a la Gran Chavela y su obra.
    Un brindis de tequila para ahogar la pena de su ausencia
    Unbesazo

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