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viernes, 22 de enero de 2010

LLUEVE SOBRE MOJADO

No se muy bien que andarás haciendo ahora. Yo personalmente estoy compartiendo una copa de vino tinto con mi abuelo (si, tengo abuelo todavía y con mi edad no está mal) y disfruto de golpear estas teclas para que tu me leas, o para que no lo hagas, para que algo de lo que escribo te haga pensar o simplemente para que te canses de mis letras tiradas y esturreadas por aquí, “yo que me se”.

Lo cierto es que este ahora mío, este ahora tuyo, en el que tenemos aciertos y desaciertos, vicios y virtudes, con ideas marchitas o solemnes, con sucesos y ascensores. Es un ahora con un ayer y con un mañana. Un mañana incierto como todo el porvenir de la vida, pero un mañana al cap i a la fi, que por incierto también puede ser bueno.

Pero ahora, por Haití, hay alguien, muchos alguienes que andan espantados, con pájaros color azufre, con veneno, con rabia sin colores, con hambre y enfermedad, con falta de todo menos de ayuda. Desesperados y destrozados por la madre Gaia que ha tenido a mal desperezarse en su tierra, en su país provocando un terremoto maldito que ha redestrozado un pedazo de tierra que tiene un ayer triste y gris y que parece que tiene un mañana más incierto que el tuyo y el mío. O quizás mucho más cierto. Más hambre, más miseria, más mierda. Parece que a los Haitianos nunca les ha ido muy bien. No parece que vaya a ir mejor.

Geoffrey Smith es un director y productor de cine, de ese cine que no gana Oscars ni le ponen alfombras rojas para pasear. Cuenta en sus películas, la vida, la realidad, así crudita y poco hecha. Tiene un buen/mal guion en el Caribe. (si podéis ver alguna de sus pelis hacerlo os recomiendo a father´s story) Hace un cine, quizás lejos de los exin-castillo que tus papas, tu, y yo nos hemos montado para no ver que pasan otras cosas tras los muros de plástico de nuestro exin-castillos. Por ejemplo en Haití al que ahora miramos porque han sufrido un terremoto. Ya estaban mal antes, ahora están peor. Geoffrey Smith en sus películas nos hace ver que en Occidente no queremos saber nada del sufrimiento, todos huimos de él está pasado de moda.

En Haití, como siempre pasa, ha llovido sobre mojado. La crueldad y falta de escrúpulos de la naturaleza a reventado los pocos sueños que esa pobre gente tenía. Se ha llevado unas 200.000 almas. Gente que ya estaba destinada al hambre, de nacer donde tu o yo hubieran podido ser poetas, cantantes, músicos, carpinteros o políticos, ves a saber. Donde estaban, no se poco futuro tenían, ahora menos.

Mientras tanto un gilipollas rico (gilipollas no por rico que una cosa no tiene que ir con la otra) se muere y le deja a los principitos y todos los cachorros que llevan en primera o segunda el apellido Borbón tropecientos millones de euros. Vuelve a llover sobre mojado.

Cuesta comprender la crueldad del destino, lo triste de la vida… Cuesta que no se te derrame el dolor por las esquinas del alma. Cuesta tanto, tanto.

Qué hacer? Aceptar que llueve sobre mojado. Llorar escondido, intentar calmar el ansia llevando dos botellitas de jabón y mandando un sms de 1,2 €, Qué hacer cuando duele el dolor ajeno?

Sin más, yo sigo sin saber que estarás haciendo ahora. Yo ya me he acabado el vino y me estoy secando casi 200.000 lagrimas.

3 comentarios:

  1. Muy bueno Carlos. Tu mirada hacia las cosas que pasan, es mi mirada. Muy bien plantado y escrito. Un abrazo Lola

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  2. Gracias, Lola, es un placer que guste a alguien como tu. Somos muchos los que miramos con ojos parecidos.... un beso

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  3. Yo ando a deshoras escribiendote, leyendote como posesa, empapándome con tus escritos, casi puedo secarte esas lágrimas derramadas, pero te diré algo no sólo está haiti, ni el sur de africa, ni...donde vivo yo y cerca de mi casa hay tb una realidad, dura, poco puedo hacer, casi nada, pero te aseguro que lo que veo y lo que siento no e deja para nada indferente, da igual quien o no gobierne, que los principitos se hagan o no mas ricos, que haya república o monarquía, nada va a cambiar la situación que casi toco a diario, ante esto sinceramente, dejo d epensar en ricachones, en herencias, en gobiernos y me remango y si hace falta cojo una escoba, pero te aseguro que a mas de un@, le he limpiado los mocos, les he acariciado en su dolor, les he escuchado y oído, les he abrazado el cuerpo pensando en tocar su alma y como no, desde luego tb he llorado con ellos, no sé si 200.000 lágrimas, pero unas cuantas han caído y pensamientos de rabia y desconsuelo unos cuantos...besines

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