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sábado, 18 de junio de 2011

TIEMPO DE VERANO

Estas nuevas mañanas, de ya casi finales de junio, se despiertan limpias y nuevas, soleadas y radiantes. Como si tras estas semanas de una primavera lluviosa, que se empeñaba en parecer otoño en tu piel, hubieran limpiado el ambiente, para dar paso a un nuevo verano. Tiempo de descanso y tregua, de recoger las semillas de esperanza y sueños que arrojamos con manos desnudas allá en el frío noviembre. El verano está a las puertas empujando con sonrisas y besos a una primavera que no se ha portado bien.

Yo, como casi siempre, respiro tranquilo y continuo con mi paz depositada en rizos y en nuevas sonrisas. Es verdad, me diréis, que una golondrina no hace verano, que el mundo fuera de nosotros está triste y gris, difícil y huraño. Pero también es verdad que es momento de buscar en nuestro interior el verano que anida en nuestros corazones y soltemos todas esas golondrinas que albergan nuestros pechos para que bailen volando en movimiento. Que nos traigan de nuevo los buenos sueños y deseos de alegría y regocijo.

Si, empieza el verano y siempre fue tiempo de la máxima expresión de poder del Dios del Sol, momento de unión de cielo y tierra, momento de reproducción y sueños. Y tal vez sea el momento de visitar el paraíso en el que habitas cuando estás ausente. De encontrar las huellas que dejaste, perdida en aquella vieja playa cuando ese sol rojo e incandescente derramaba su lienzo rojo y naranja sobre los millones de granos de arena mojadas por nuestro mediterráneo. Huellas que quizás no sean más que los restos del hilo de Ariadna que pretenda guiarme a las curvas de tu pelo.

Vienen momentos de calor y cervezas, de pescado en la playa, vino blanco afrutado y frío en tu boca. Tiempo de vivir soñando y de soñar con vida. Horas de charlas que se perderán y olvidarán, como se olvidan las pequeñas cosas que pierdes y un buen día encuentras bajo el armario, en un bolsillo o un pliegue de tu alma de Peter Pan que se niega a crecer y a olvidar las palabras de verano, que se niega a perder las pequeñas cosas.

Tiempo de hablar durante horas y horas en las noches sin dolor ni lagrimas, de ti, de mi, de nosotros, de los que están y los que marcharon, de cosas importantes, de cosas insustancialidades, de los trenes que marcharon, de la vida, de los años pasados y sus promesas olvidadas, de los años por venir. Tiempo de callar un rato y escuchar la canción de las olas al morir en los tobillos. Dejar que la marea nos meza con su movimiento.

Tiempo de disfrutar las estrellas estivales navegando, refulgiendo desvergonzadas, por la vía Láctea, deleitarnos con el blanco e intenso brillo de la constelación de Cygnus (ya sabéis Zeus convertido en cisne para enamorar a Leda en noches de verano. Otra historia, otro día)

Verano y calor para encontrar la luz del faro de tus ojos. La fuerza pérdida esas veces que nos damos por vencidos. La presencia de las pestañas amadas. Calor y luz para disfrutar telas de damasco, el viento de tu boca, el hueco de mis manos.

9 comentarios:

  1. Cuando entro por primera en un blog, paso por varias de sus entradas, me gusta captar su "olor".

    Tienen mucha ternura tus escritos; y tus fotos y el texto que las acompañan, me han parecido muy interesantes.

    Volveré por aquí.

    Un abrazo y gracias por visitarme.

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  2. ..la luz celfaro en tus ojos...

    me ha gustado :)

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  3. Encantadora bienvenida al cálido verano con la realista fotografía de tu texto.
    El verano tiene un amante, la noche, que, como tan acertadamente dices, acaricia con palabras, envuelve con aromas, nos viste de vivencias que nunca se van.

    Un abrazo, Carlos.

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  4. Me gustan las expectativas de tu verano amigo
    Un beso

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  5. Cuanto llegan tus palabras, càlidas y tranquilas como esas noches de verano vuestras, del mediterraneo, maravillosas de brisas dulces qaue acarician recuerdos y silencios, risas callada, risas cómplices. Que hermosas tus palabras abriendo puertas al sensual verano....porque eso nadie nos lo puede arrebatar ni endeudar, nadie puede hacer que la piel sea acariciada por la brisa, la luna y el sol. Un abrazo Carlos, un placer leerte

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  6. Pues vamos a dejar paso al verano, a ese tiempo que luz y muchooooooooo calor, jajaj.

    Un beso

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  7. Qué preciosidad de escrito el que no dejas, romanticismo no te falta, sobran ganas para abrazar al estío que tenemos por delante, te deseo que lo pases lo mejor posible, un abrazo y .... ! a disfrutarlo amigo!,con toda la ensoñación del mundo, un abrazo.

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  8. Pues a ver cómo se nos da de verdad el verano...
    Un besote y mis caricias

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  9. Hola Carlos, a mi el verano solo me gusta por el encuentro con mis amigos, amigos de muchos años atrás, cuando mis hijos eran pequeños y todos los niños jugaban en un apartamento en la playa, recién estrenado.
    El calor me puede, no lo puedo evitar, el mal carácter que se me pone cuando tengo que salir a la calle, así es desde siempre, pero a la mayoría de las personas les gusta el verano, las charlas en la noche tomando un helado, eso nos gusta a todos.
    Bonito escrito lleno de nostalgia de mi niñez, y cuando tener una piscina de plástico en mi tierra manchega era todo un lujo. Un abrazo.

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