Hay
penas que más que doler son la representación teatral de un pequeño disgusto,
la pintura de un cuadro que pretende ser triste cuando en realidad no es más
que la continuidad de un guión que parece preestablecer nuestras vidas. No sé!!,
así como cuando pierde nuestro equipo o cuando no nos sale bien un proyecto que
sabemos que podremos reemprender más tarde.
Sin
embargo, hay otras penas, las de verdad, que se enganchan en el alma que
aprietan la sístole y la diástole, que hacen que perdamos el rumbo el norte y
el timón. Que viajan por las venas y las
arterias entristeciendo todos y cada uno de los poros de tu piel. Penas que
hacen que lluevan lagrimas en tu estomago por no rodar por tus mejillas.
Penas
negras y oscuras como el hueco que se queda entre los dientes cuando la vida de
un puñetazo te arranca un par de muelas. Penas rojo intenso como la sangre
desperdiciada de tantos. Penas que son como esas despedidas de los seres
queridos que sabes que no volverás a ver. Penas que te dejan una fatiga en la espalda, esa fatiga que estará
siempre enredada en tus vértebras, las que ponen canas, arrugas y vida a los
años.
Penas que oscurecen las mañanas y amargan las
puestas de sol vespertinas del mediterráneo, que se instalan en ti como astillas
clavadas fuertemente entre las uñas, y que aún arrancándolas dejan una
indeleble cicatriz allá donde se han posado.
Hay
penas que, en definitiva, te hacen más fuerte. Qué otro remedio queda?
Llorar…llorar lo que haga falta, es necesario para purificar las heridas…y después, apuntar nuestra mirada allí donde se filtre una brizna de luz entre tanta oscuridad, a la que aferrarse para seguir adelante…
ResponderEliminarBsoss, amigo, un placer visitarte ;-)
Gracias Ginebra, encontrarte en este. Lugar de mi hogar siempre es un motivo de sonrisas....
ResponderEliminar"¡Ay, pena, penita, pena, pena!
ResponderEliminarPena de mi corazón
que me corre por las venas, pena,
con la fuerza de un ciclón.
Es lo mismo que un nublao
de tiniebla y pedernal,
es un potro desbocao
que no sabe dónde va.
Es un desierto de arena, pena,
es mi gloria en un pená.
¡Ay, pená! ¡Ay, pená!
¡Ay, pena, penita, pena!"
Nada es eterno, ni siquiera el dolor. O al menos eso es lo que dicen.
ResponderEliminarLas cosas buenas y la alegría he ilusión, llamarán cualquier día a la puerta de tu vida, y quizás no se queden allí para siempre, pero te visitarán de vez en cuando.
Un besote.
Pena es no poder mirar esos ojazos tan cerca que nuestros alientos se unan y nuestros labios se rocen...
ResponderEliminarLa pena es haber descubierto tus palabras a día de hoy.
ResponderEliminarhay penas que se instalan a 8 cm por encima de tu cabeza y te acompañan a todos lados.
ResponderEliminarcuando te despiertas abres los ojos y por un momento parece que se han ido pero al incorporarte ahí vuelve a estar. sutil , pero constante. Y pruebas a correr, a subir al monte mas alto de tu comarca , a comer chocolate , peo sigue ahí. Besos desde el rincón de las xanas