Agárrate fuerte al trocito de lona que
queda de esta maltrecha barca que nos ha traído desde las playas de al Qamsiyah
hasta este centro sin final de mar. No te preocupes, cariño, saldremos de
esta. Sí!!, el agua está fría, y pronto
se hará de noche. Pero hoy hay luna llena y dará claridad y luz a las olas. Yo
muevo los pies hacia ese puntito de luz que se ve en el horizonte. Sonríe
cariño y mira como el brillo de mis ojos hilvana el recuerdo, no te duermas y
recuerda las tardes de primavera bajo los
hibiscus los sahabis y los olivos, cuando tu madre y tu tia traían
hummus, baba Ghanoush dolmas y queso manakish, mientras el sol se enseñoreaba en
tu sonrisa.
No llores, hijo, y agárrate fuerte a lo
que queda de plástico y madera. No llores porque bastante tristeza y sal tiene
ya este mar. Por fuerte que sea este mediterráneo, altas sus olas y terribles
Caribdis y Escila no me faltará coraje para superar todos los estrechos de
Escila que sean necesarios, pero podría ahogarme en tus lagrimitas. No llores más
mi corazón, atrás hemos dejado la metralla que explota en el centro de los
sueños reventando piernas y esperanzas. Pero no los nuestros. Nuestro futuro aún
está vivo, allí justo en esa lucecita que hay al final de este mar.
Agárrate fuerte, mi vida, agárrate a lo
poco que queda de balsa y roza con tus deditos mis manos, porque así me das la
fuerza para seguir remando, para seguir moviendo mis piernas y luchar contra
los Lestrigones y el frío. Toma, ponte mi chaqueta, a mi no me hace falta y
aunque mojada, algo te tapará. Agárrate, cielo, agárrate fuerte a la ilusión
que aún brilla en tus pupilas. A la esperanza que Pandora dejo en su ánfora. Al
deseo de que las cosas salgan bien. A la
certeza de que acabará esta noche y mañana brillará el sol.
He oído que tras este mar existen personas
que no nos quieren que han levantado muros de hierro y desconsuelo, barreras de
piedra y desazón, vallas con concertinas y pesadumbre, que han enviado ejércitos
de armas y hombres oscuros para que no lleguemos al futuro. Pero también he oído
que hay brazos abiertos y personas sin corbata que quieren ofrecernos su vino y
su pan, sus mantas y sonrisas. Agárrate cariño y no mires al fondo. Los que se
han hundido vigilan nuestro camino.
Agárrate hijo, agárrate fuerte a este
trocito de lona, tan fuerte como te cogías a mi mano cuando, hace tan tan poco,
aprendías a andar. Yo, ya ves, hace
mucho tiempo que no rezo a nuestro Dios ni al de ellos, pero esta noche de luna
llena suplico a la parca dama que si quiere llevarse a alguien más antes del
amanecer me escoja a mí. Te deje continuar hacia alguna orilla de playas
blancas y fuerte sol de agosto y allí con los años te conviertas en un hombre
feliz que pueda contar esta triste historia.
Agárrate fuerte, hijo mío, agárrate fuerte
a mi pecho, porque mientras en el tuyo lata tu corazón en el mío habrán fuerzas
para sacarte de este mar, para alejarte de esa guerra.
Lagrimas de plastico azul.
ResponderEliminarCorrriendo por la escalera....
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