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lunes, 5 de septiembre de 2011

EN NOMBRE DE TANTOS

Por desgracia de un tiempo a esta parte cerca de mi han desaparecido personas queridas. Que decir de la perdida que no se haya dicho ya. Coincide que hace casi un año que unas agujas de reloj se pararon y que dejamos de ver cireres y taronjers a nuestro alrededor.


Hace poquito un amigo, (no sé si leerás esto un abrazo “N” aquí me tienes) hace algo más un conocido, incluso en alguno de vuestros blogs leo últimamente perdidas, innecesarias por acabar antes de que el calendario hubiera debido de marcar, así que, en nombre de tantos, permitirme esta reflexión.

Puedo soportar dormir solo cada noche sin abrazar tu pecho querido, aquél en el que se engendraron mis hijos, en el que floreció el futuro y el presente, que fue esperanza hasta que dejaste de ser y de estar. Incluso aunque me duela, poner un plato de menos, un vaso de menos, un solo café, una lágrima de más. Apagar solo la luz.

Y aunque duela como una tenaza incandescente apretando tras el esternón, sobrellevo el vacio que dejaste en las cajas de zapatos, en los calcetines, en los cajones (aún por abrir) con tu ropa, en los muebles de la cocina, en el punto de libro que no acabaste de leer, en tu música favorita, en toda la ciudad que ya no arde. Aguanto estoicamente,-que remedio-, que las sabanas no tengan tu olor, que la comida no tenga ese toque que tu dejabas con tus mágicas manos, que nadie abra la puerta del ascensor, no poder preguntarte donde deje las llaves, poner en el coche tu canción y que no la escuches.

Resisto las lágrimas, apretadas en las pupilas y bordeando las pestañas, impidiéndoles surcar mi rostro y revolverse en mi barba sin afeitar, para que tus hijos no se pierdan en ellas. Sonrió. Y me bebo la hiel sin miel ni disfraces que dejaste en la mesita de noche antes de hacer tu último viaje con Aqueronte.

Puedo seguir paseando con los pequeños, aunque ellos aún estén esperando ese beso de buenas noches, ese roce de los labios preciosos que un día me dijeron sí. Resisto sus preguntas y busco en la poca claridad que queda en mi alma explicaciones que no me creo, invento mis respuestas e intento servírselas con la mejor de mis sonrisas y la mejor imitación de tu plato favorito.

Y, es verdad, me dirías si aún estuvieras aquí, que aún sin ti existe un hoy y un ahora. Pero te llevaste entre otras cosas, el futuro y lo sembrado dejando un eterno, improrrogable e inmediato ahora.

Todo eso y muchas cosas más puedo sostener en esta mochila sucia y gris que me ha dado la vida. Pero no puedo, de ningún modo, dejar de tener esta tristeza por dentro. Disfrutar las alegrías sin ti a mi lado. Lo que más duele son los buenos momentos sin tu compañía los éxitos que no disfrutaremos.




13 comentarios:

  1. me quedo con el ultimo parrafo, lo que más duele es no poder compartir contigo mis momentos de intimidad, cuando nos mirabamos y sin hablar sabiamos lo que pensabamos.
    un saludo
    Marian

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  2. Nunca deja de doler cuando quien queremos ya no esta.. y por mas que no este.. nunca se deja de extrañar :(
    besos

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  3. Las ausencias siempre duelen y duelen todavía más, cuando han sido ausencias llenas de limpieza.

    Pero recuerdalá con alegría, al pensar que habéis sido afortunados; en los tiempos que corren, no todo el mundo ha tenido esa dicha.

    Un abrazo

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  4. Siempre duele, y dolerá... En cierto modo, es bonito.

    Abrazos amigo.

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  5. Ese dolor nunca desaparece, simplemente se aprende a vivir con el

    Un besazo!!
    Felina Mala

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  6. Me dejas hoy el corazón más chiquito. Y ojalá pudiera en estos momentos sentarme a tu lado en esta noche que huele ya frío para bebernos esa cerveza fría y reir y llorar, algo que aligera hasta las mochilas más viejas. Un beso hoy con vocales

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  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  8. He eliminado la entrada, por que nada me parecía lo suficientemente bueno para decirte.
    He llorado mientras te leía, yo perdí un hermano y aunque no es lo mismo, duele igual.
    Aprendía a vivir el segundo y disfrutar de lo más insignificante de mi vida, por que como tú muy bien has descrito, son las pequeñas sensaciones las que quedan grabadas en nuestro cerebro y en nuestro corazón, todo alejado de lo material, que es curiosamente lo que más valoran algunos.

    Gracias por este maravilloso texto tan lleno de sensaciones y sentimientos, hace valorar más todo lo que uno tiene.

    Un abrazo.

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  9. Muy buena la reflexión, duele mucho más lo que ya no podrá ser.


    Besos.

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  10. ¿Y qué decir...?

    Leyendo esto me siento una absoluta gilipollas con mis pequeñas miserias...

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  11. Esto es una experiencia personal? Espero que no. Se sufre mucho cuando no tienes al lado a la persona elegida.
    Espero aclaraciones y te mando un fuerte abrazo. Lola

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  12. ACLARACIÓN: No es una experiencia personal es un amigo.... yo, como sabeis, sufrí una perdida hace dentro de dos dias un año.

    en cuanto tenga un segunjdo contesto uno por uno

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  13. Carlos una vez leí una frase que describe ese sentir:
    "Siento la tristeza de haber sido feliz"
    Un abrazo

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