Howard Hendricks, decía que ; “la enseñanza que deja huella no es la que se
hace de cabeza a cabeza sino de corazón a corazón.” Seguramente sea cierto,
yo que sé…. En todo caso, si sé que un padre, una madre, lo que desean es lo
mejor para su hijo. Que su hijo sea feliz y que allá por donde pase pongan
música, flores, y un buen sendero y unas buenas botas para recorrerlo. Las
primeras botas. Que pongan luz a sus noches y sueños en su pecho. Siendo, como
son tan pequeños, y, siendo como es tan compleja la vida, dejamos parte de esa
responsabilidad en terceros.
Fíjate, yo estoy muy contento de
la decisión que tomamos hace un par de años y que de aquí a muy poquito
acabará. Acabará como todo acaba, incluso las cosas buenas, sobretodo las cosas
buenas. Siempre quedará un recuerdo y muchas anécdotas y sonrisas y cuentos y magia
que quedará prendida en las clases de esa guardería.
Lo cierto es que del mismo modo
que no se puede dibujar el mapa del tesoro con un power point ni escribir las
indicaciones de un buen camino en times new roman hay cosas que no pueden
enseñarse a un niño si no se le pone a los conocimientos académicos, técnicos,
una inconmensurable vocación, cariño, un enorme entusiasmo. Si no se pone a esa
primera enseñanza, al fin y al cabo, un trozo de corazón. Gracias por haber
puesto esa vocación, ese cariño, ese entusiasmo y ese corazón.
Gracias, muchas gracias, por los
vuelos de paloma en las manos de mi hijo, por las risas y las tardes y las
mañanas antes de hora. Por el ingles enseñado y, sobretodo, por la educación
aprendida. Por los besos a las nueve menos algo.
Imposible, tras el final de esta
etapa, que tal vez se olvide, o que tal vez no, agradecer la rodona i el color
vermell. Los sueños e ilusiones.
Los cuentos. Los cimientos recién puestos.
La vida tiene los años que la
vida nos da, y probablemente en los primeros se asientan las bases el sostén
sobre el que basculará el resto. Sin duda nuestro piccolo ha bebido de un buen
manantial. Y, aunque, tal vez, muchos piensen lo contrario estoy convencido
que, entre otras cosas, ensuciar el pitet y limpiar las manos y recoger un vaso
de color verd per beure empieza a construir unos buenos soportes para lo que
vendrá.
Gracias a todas, en especial a E.
a Z y a MC, Por haber sido y estado en esta etapa tan linda de nuestro piccolo,
por la Castanyera y los Reyes, por los cuentos, los magos y los tres cerditos.
En definitiva gracias no sólo por enseñar a nuestro hijo sino también, y sobre
todo, por quererlo.
Las bases son sólidas cuando se construyen con amor y dedicación.
ResponderEliminarUn abrazo Carlos.
Hermoso escrito
ResponderEliminar... besos
Moltes gràcies per l'escrit, és molt maco i emocionant.
ResponderEliminarGràcies.