Se entrenaban para estar muertos. No sabían cuanto tiempo hacia que se dedicaban a esa actividad. Recordaban vagamente un crujido sordo y hueco. Se esforzaban en no ver, no sentir. Hacían esfuerzos por no recordar a sus seres queridos, ni las olas del mar, ni el embriagador sabor del vino. Indolente e imparable sonaba la orquesta acompasando las ordenes del capitán. Los demás seguían sus indicaciones de entrenamiento; No respiréis. No mováis los dedos. No recordéis. Lo que ninguno recordaba es que hacia cien años que se hundió el barco y hacia cien años que estaban muertos bajo el mar.
Estupendo tu micro Carlos, con ese final tan sorprendente. Me gustó.
ResponderEliminarSaludos desde mi mar,
Bien, me alegro que te gustara
EliminarMuy bueno, encantada de volver ;-)
ResponderEliminarDe sobra sabes que aquí siempre eres bienvenida y bienhallada
EliminarCarlos, precioso poema...
ResponderEliminarQue te guste es estupendo.... Anima a seguir escribiendo
EliminarPrecioso poema, Carlos
ResponderEliminarIntenso…no debe ser fácil resignarse a la muerte…
ResponderEliminarMuy bueno Carlos! Muackss!! ;-)
No, no debe ser fácil
Eliminar¿Tu crees que los muertos no mueren del todo cuando nadie los ha encontrado?. Besos.
ResponderEliminarCreo, queridísima Lola, que los muertos están muertos y que no hay nada mas allá de polvo eras y en polvo te convertirás. Pero también creo que mientras nuestros muertos estén en nuestras vidas, nuestras conversaciones y nuestros corazones algo de ellos sigue vivo....
EliminarLa muerte es lo que tiene, una incertidumbre muy grande.
ResponderEliminarUn besito.
Es cierto. Sin embargo, es lo único realmente cierto que tenemos. Vamos a morir tarde o temprano ( mejor tarde, claro esta, y mientras ojala todos vivamos muy mucho y muy intensanmente)
EliminarMe he transportado a bordo del gran barco, me pregunto cuantas almas vivas quedaron bajo aquellos cuerpos muertos..
ResponderEliminarMe ha encantado el microrrelato :)
Un beso
Me encanta siempre entra en tu blog y encontrar cosas agradables para leeer como las que siempre publicas.Un abrazo.Elena A.
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