Es verano y hace algunos día hablamos de la calma que disfrutan las ciudades en las que, empujados por la corriente de la vida, habitamos. O ves a saber igual son ellas, las ciudades, las que habitan en nosotros. Pero el caso es que no sólo las ciudades están en calma. Nosotros, aún trabajando algunos, también estamos en cierta calma en cierta situación de espera, como en stand by.
Y aunque no dejes la ciudad, y te quedes en la oficina, en el bar, en el banco o en la zapatería que curres es un momento delicioso, el verano, para encontrar algo de calma algo de paz. Esa paz que parece traernos el Sol con sus insolentes rayos, con su incesante calor.
Salir de casa, aún a un lugar cercano, pero distinto al que hoyamos cada día con nuestros pies, para allí dejarnos ser, dejarnos estar. Aprovechando para hablar de los silencios. Para restar importancia a los planes que trazamos y que no concluimos. Sentarnos cerca del mar, o bajo un sauce llorón (de esos que lloran por ti y por mi) y disfrutar de la calma y el sosiego que parece que envuelve en celofán verde todo durante estas semanas estivales. Aprovechar la serenidad para rebuscar viejos recuerdos y vivencias en tu mente y descubrir que hace mucho que no odias a las mujeres que te dejaron, ni a las que dejaste, muy por el contrario las rememoras bajo el sauce llorón con una sonrisa.
Redescubrir algunas sensaciones tuyas que hace tiempo pensabas perdidas en algún cajón o en la salón olvidado de alguien. Volver a creer en ti y en los cuentos que te contaron de crio. Ir a las veredas que corriste de niño en esos veranos de infancia nunca olvidados. Buscar al final de los dedos los juegos que tuviste con tus amigos esos que, desgraciadamente ahora no tienes tiempo de ver, ni de abrazar, ni de escuchar…. Pero que de tanto en tanto te llaman, los llamas y te abrazas como ayer, como hace demasiados meses.
Dejar de ser hormiga (que haciendo honor a la verdad nunca lo fui) pero al menos no sentirte mal por ser Cigarra, embebida en ti, y disfrutando de estar vivo. Saber que el verano es eterno, eterno mientras dura…. Y que parece que ya llega a su fin.
Disfrutar porque aún estas a mi lado. Respirar profundo ese vientecillo de tranquilidad que trae el Mistral y el Cierzo junto a pequeñas y finas hojas mucho tiempo atrás caídas. Encontrar junto a ese viento tu mano en la mía, tus sueños junto a los míos buscando una nueva guía hacia el futuro. Hacia esos futuros que se forjan de promesas cumplidas. Esperar por esperar, dejando pasar el tiempo con la esperanza, aunque sabes que no será así, de que sea ese viento del Cierzo el que traiga respuestas, el que impulse el velero de tus deseos, mientras la paz se pierde en rizos dejando huellas de nuestro presente en camino del rio, del lago o de la arena de playa en la que descansamos de un año de lucha, de viajes, de trabajo, de desventuras y aventuras.
Es tiempo de soñar despiertos junto al cadencioso pasar del agua del riachuelo, bajo la atenta mirada de los robles y sus hojas madurando para caer dentro de unas semanas, como caerán nuestros sueños despertados.
Y aunque no dejes la ciudad, y te quedes en la oficina, en el bar, en el banco o en la zapatería que curres es un momento delicioso, el verano, para encontrar algo de calma algo de paz. Esa paz que parece traernos el Sol con sus insolentes rayos, con su incesante calor.
Salir de casa, aún a un lugar cercano, pero distinto al que hoyamos cada día con nuestros pies, para allí dejarnos ser, dejarnos estar. Aprovechando para hablar de los silencios. Para restar importancia a los planes que trazamos y que no concluimos. Sentarnos cerca del mar, o bajo un sauce llorón (de esos que lloran por ti y por mi) y disfrutar de la calma y el sosiego que parece que envuelve en celofán verde todo durante estas semanas estivales. Aprovechar la serenidad para rebuscar viejos recuerdos y vivencias en tu mente y descubrir que hace mucho que no odias a las mujeres que te dejaron, ni a las que dejaste, muy por el contrario las rememoras bajo el sauce llorón con una sonrisa.
Redescubrir algunas sensaciones tuyas que hace tiempo pensabas perdidas en algún cajón o en la salón olvidado de alguien. Volver a creer en ti y en los cuentos que te contaron de crio. Ir a las veredas que corriste de niño en esos veranos de infancia nunca olvidados. Buscar al final de los dedos los juegos que tuviste con tus amigos esos que, desgraciadamente ahora no tienes tiempo de ver, ni de abrazar, ni de escuchar…. Pero que de tanto en tanto te llaman, los llamas y te abrazas como ayer, como hace demasiados meses.
Dejar de ser hormiga (que haciendo honor a la verdad nunca lo fui) pero al menos no sentirte mal por ser Cigarra, embebida en ti, y disfrutando de estar vivo. Saber que el verano es eterno, eterno mientras dura…. Y que parece que ya llega a su fin.
Disfrutar porque aún estas a mi lado. Respirar profundo ese vientecillo de tranquilidad que trae el Mistral y el Cierzo junto a pequeñas y finas hojas mucho tiempo atrás caídas. Encontrar junto a ese viento tu mano en la mía, tus sueños junto a los míos buscando una nueva guía hacia el futuro. Hacia esos futuros que se forjan de promesas cumplidas. Esperar por esperar, dejando pasar el tiempo con la esperanza, aunque sabes que no será así, de que sea ese viento del Cierzo el que traiga respuestas, el que impulse el velero de tus deseos, mientras la paz se pierde en rizos dejando huellas de nuestro presente en camino del rio, del lago o de la arena de playa en la que descansamos de un año de lucha, de viajes, de trabajo, de desventuras y aventuras.
Es tiempo de soñar despiertos junto al cadencioso pasar del agua del riachuelo, bajo la atenta mirada de los robles y sus hojas madurando para caer dentro de unas semanas, como caerán nuestros sueños despertados.
Soñar siempre es bueno, sin duda. Tu entrada Carlos, me ha recordado el consejo que me dio una vecina cuando me instalé en Foldada hace tres años: "para ser feliz aquí, tendrás que aprender a convivir contigo misma", me dijo, y tenía razón...
ResponderEliminarPor cierto, qué envidia, lo del sol... Aquí lo vemos más bien poco este año. Abrazos ;-)
Me dio mucha pena leer esta entrada. Todos mis veranos han sido como dices, gozando de la tranquilidad que nos brinda. Pero en éste me ensimismé demasiado con la serenidad hasta el punto de quedarme pasivo y descuidar lo que consideraba muy importante
ResponderEliminar¡Hay, que bien te explicas nene! Pues ciertamente las ciudades, o nosotros, estamos en letargo y da tiempo hasta para pensar. Luego en septiembre cambia todo de golpe.
ResponderEliminarUn abrazo majo.
Me gusta como en tus palabras nos podemos identificar todos zambullendonos en algú que otro renglón. Me gusta esa calma que inunda tu espiritud y da la parsimonia de estar contigo mismo disfrutando de los pequeños detalles de la vida.
ResponderEliminarUn besaso
Siempre es tiempo de soñar, y el verano, también para los quedemos en nuestra ciudad originaria, nos trae esa paz, ese hacer las cosas de otra forma, la tranquilidad de tener otro ritmo, otra luz, recuperando sensaciones y tal vez descubriendo otras tantas.
ResponderEliminarBrindemos con un vinito fresco que en verano apetece mucho más, brindemos por intentar seguir con el ritmo del verano durante todo el año.
Un besazo Carlos, me alegra ver que la bochornosa humedad de nuestra ciudad no ha terminado contigo.
Defines perfectamente en forma de alegorías, sauces llorones que nos cobijan, o la brisa de un cierzo que nos refresca la memoria perdida durante el hibernum.
ResponderEliminarAl estilo de Forrest Gump, nos pasamos la vida corriendo, deborando la vida a bocados pero de vez en cuando, aprovechando la tregua de esa "paz", todos necesitamos parar de vez en cuando para mirar donde estamos y que hemos dejado atrás.
Un abrazo
Hay Carlos, viajo en tus sueños, heredad del tiempo, con la cadencia de ese agua, como hoja volando al viento. Tus palabras mecen esos sueños dormidos hasta el amanecer de la cruda realidad.
ResponderEliminarMiles de besos mimosos van hacia tí surcando el mar.
Que bonito es soñar =D
ResponderEliminarbesos!
Para no perderse ni un párrafo!!
ResponderEliminarHas transmitido esa calma,ese sosiego,de disfrutar el momento, ligero,sin pesos del pasado,con recuerdos que se han hecho...aereos.
QUe hermosas frases,que hermosa cadencia que parecía acunaba mientras era leida y degustada.
Felicidades por las hermosas vivencias, por el hermoso futuro, por la belleza que reside en el alma en calma,y felicidades por esta preciosa entrada. Gracias, ha sido todo un placer leerla
Ves? algunos sí pueden hacer dos cosas a la vez. Te quedó precioso, como siempre.
ResponderEliminarUn beso.
Buf, me has metido en este agosto silencioso, voy a disfrutarlo un poco más, ahora que te he leído.
ResponderEliminarTienes el arte de la descripción sin aburrir y eso es difícil Carlos. Haces una "sopa" deliciosa con palabras y sentimientos. Si quisieras podías escribir una novela o recopilar en un libro todas tus entradas.
ResponderEliminarBesos Carlos.
Perfecta descripción, Carlos, de unos sueños futuros, de un presente deseado y de unos recuerdos rebuscados, a veces buenos, a veces malos pero lejanos, muy distantes… bajo el sosiego placentero del verano.
ResponderEliminarUn besazo desde mi Jardín.
Soñar es parte del vivir vivir quizas es seguir soñando
ResponderEliminar¿que es una realidad?
solo un estado de animo
Nunca había desmenuzado así el verano, y sabes? Tienes mucha razón, el verano da mucho de sí...como un chicle pegado en el asfalto a las 3 de la tarde de un cálido verano ;)
ResponderEliminarUn abrazo!
El verano es el tiempo de los sueños por excelencia, y Shakespeare lo sabía ;-)
ResponderEliminarBesos felinos.
Carlos, casi me has descrito mi próximo viaje, quiero ser cigarra en Brasil. Un besito muy fuerte y me ha gustado un montón lo que has escrito. Lola
ResponderEliminarEs tiempo de soñar despiertos
ResponderEliminarEn mi caso querido Carlos soñar despierta es todo el año y toda la vida, los sueños siempre dormida o despierta estan no se van
Besoss
Hola Carlos que tal, ¿sabes a qué me recuerda siempre el verano?,a la obra de Shakespeare: "Sueño de una noche de verano", preciosa estación donde el disfrute y la tranquilidad siempre son merecidas para reponer fuerzas a lo que luego llamamos cotidianeidad. Disfrútalo,te mando un abrazo desde el sur. Zíngara.
ResponderEliminarLlegué a tu blog sin ser invitada, y leer acerca de tu verano hizo que llegara un rayo de sol al lugar donde vivo, entibiando un poco este crudo invierno que parece no querer irse...
ResponderEliminarGracias!
Saludos
Maribe
CARZUM. Es verdad, soñar; despierto, dormido, en clase, en el trabajo o mientras conduces es bueno... muy bueno.
ResponderEliminarRIZAR EL RIZO. aún es tiempo de retomar eso que consideras importante... Así que a qué esperas. Apaga el ordenador y ves a por ese sueño.
NORMA. Genial que te parezca bien como me explico.... un beso, o dos o tres (bueno los justos para que Lia no se ponga celosa.. jajaja)
40ÑERA. Todos los renglones y lineas escritas en este lugar, lo están para que nades en llos y te zambullas para disfrutarlos.
AUXI. No, que va, no acabó conmigo, pero poco le falta... un beso guapa.
JOSEP, Una vez más tienes razón pronto vendrá el hibernum... tambien disfrutaremos de él. ya sabes, muy muy pronto podremos decir erat hiems summa.
MIMOSA. Estupendo que viajes por mis sueños...
MAYA. Soñemos pues.
MARIA. Tus palabras son halagadoras, dan aliento y ganas de seguir escribiendo. lo haré.
ResponderEliminarPRINCESA jajaja... gracias me alegra que te gusté.
CLAUDIA Disfrutalo, disfrutalo.
ROSALIA. Lo de la novela me lo estoy planteando... estoy en ello, estoy en ello. (ahora falta encontrar quien lo publique ajjajajaja. Un beso guapa, gracias por los animos.
ROSAIDA. Un beso que espero que el viento empuje hasta tu jardín.
RECOMENZAR. Pues que decirte, una parte de la realidad, es este blog, crudito y poco hecho.
GATA NEGRA. es un modo de decirlo. pero si teienes razón. un beso
PANTERA. curiosamente "sueño de una noche de verano" me entusiasma es lo primero qeu leí de Shackespeare... en comic una versión cojonuda de un dibujante Ingles
LOLA, eooo guapa en Brasil se lluvia, se cigarra... vuelve llena de anecdotas, experiencias, sonrisas y con la palma de las manos tendidas para que en ella leamos tu viaje.
PATRICIA 333 compartamos sueños pues.
CONCHI. tienes razón, mucha razón disfruta del verano... en tu Sur dura algo más.
MARIA BEATRIZ. Bienvenida y Bienhallada. Aquí no hace falta ser invitado/a. La puerta está abierta por si quieres entrar, por si quieres salir... La unica obligación es dejar, de tanto en tanto, un abrazo y un beso en el bote de metal de la esquina. No te preocupes por el frio. Aquí estamos empaquetando el calor para enviarosló al hemisferio sur, os lo intercambiamos por el frio.
Pues disfrutemos mientras podamos... que nunca se sabe qué nos pasará mañana!
ResponderEliminarUn besazo y mis caricias Carlos!
Tal vez no todos los sueños despierten, y el otoño nos traiga como dulce brisa alguno de ellos…
ResponderEliminarBuen fin de semana Carlos,
Muackss!!
Y de sudar...Es tiempo de sudar.
ResponderEliminarPero tampoco está nada mal ese goterón que resbala por el ¿canalillo? (de eso gasto poco...ejem) y esa sensación sensual de dejar que el cuerpo goce...
Gracías por leerme, y mucho más por darme tu opinión.
ResponderEliminarEl placer es mío, por conocer tu blog. Y cómo no, yo también me quedo.
Tus sueños de verano me seducen,me enamoran las cigarras que aun cantan mientras otros no paran de trabajar, espero cumplir los míos en cuanto llegue mi verdadero verano de pasión y de miel,creo que a todos nos llegan tiempos ideales para idear y después hacer realidad esos sueños...
ResponderEliminarBesitos desde mi pequeña orilla.